LA MIRADA DEL VIAJERO
El Rincón del Trotamundos. 17/4/2015
Una línea de salientes y entrantes, de montículos, espigones, ensenadas, recónditas calas y acantilados, separan las aguas esmeralda del mar Mediterráneo, de un atípico desierto, donde no hay arena propiamente dicha, sino, piedras, profundos barrancos, ramblas, por donde no corre el agua. Un paisaje desolador, a la vez que sereno, penetrante y sosegado de belleza insuperable, donde los espartales en primavera se mecen con el levante, simulando un oleaje en medio de la nada.
Rocas de basalto constituyen grandes paredes que se asoman en vertical al mar, arenas fosilizadas que realzan su belleza con la luz cálida del amanecer, dunas marinas que cambian de posición con la orientación del viento, blancas cenizas fosilizadas que a modo de jáima, miran al mar y se pavonean de los ríos de lava que nunca pudieron imbuirlas en su ardiente viaje.
Así es el Cabo de Gata, así lo encontró el viajero cuando por primera vez recorrió sus senderos y se empapó de desierto, de sol y de mar. Se desnudó en sus calas vírgenes y dejó que el viento calido y el agua salada, acariciasen su piel. Se maravilló de las especies endémicas que crecen en esta isla botánica, y se enamoro de los pueblos blancos que un día fueron de pescadores, desde cuyos ventanales se contempla cada mañana, al amanecer, la salida del astro solar sobre las aguas del mar Mediterráneo.
NOTICIAS RELACIONADAS
Cabo de Gata, La magia del tiempo pasado al final del verano
Las Salinas del Cabo de Gata, un oasis en la costa de Almería
El Cabo de Gata, un desierto con agua
El Cabo de Gata, el último rincón virgen de nuestra costa
El Cabo de Gata, Entre el mar y los acantilados
En peligro la cala de San Pedro, Cabo de Gata Almería
PARQUE NATURAL DEL CABO DE GATA, UN OASIS EN EL DESIERTO
Mojácar, un viaje entre el mar y la montaña en la costa de Almería
Buenas fotos y bonito texto…