La Puebla y el monasterio de Guadalupe

Una tierra forjada a mano, moldeada en el torno de los tiempos, con el esmero del artesano y la sabiduría de los hombres

El Rincón del Trotamundos. 12/5/2014

Al adentrarse en la comarca extremeña de Las Villuercas y su historia, siempre hay que acudir al Monasterio de Santamaría de Guadalupe y la Puebla. El Monasterio es el lugar donde esta condensada la historia de los pueblos que forman la comarca de Las Villuercas y buena parte de la comunidad Extremeña.

Pues el devenir de estos territorios de la Península Ibérica, giró desde siglos en torno al Monasterio de Guadalupe, siendo este el centro cultural y religiosos de la fe católica extremeña, parte de España y América del Sur, donde la exportaron los conquistadores Extremeños, siendo así que el Monasterio de Guadalupe forma parte del Patrimonio de la Humanidad desde 1993.

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Guadalupe fue lugar de encuentro para los viajeros que recorrían el mundo, peregrinos de a pie, ociosos y vagabundo. Religiosos de toda condición, reyes y nobles que se adentraron por estas tierras desde la edad media hasta nuestros días. Unos buscaban la fe en su Dios, otros la salvación, y los que más, para conocer esta joya del arte gótico-mudéjar, repleta de excepcionales tesoros que se levanta en un paraje idílico de los montes de Villuerca.

La Puebla y el Monasterio de Guadalupe

La Puebla de Guadalupe era, por tradición, donde se reunían los tratantes de ganado y comerciantes de todo genero, para intercambiar y vender sus productos en las ferias y mercados que se celebraban asiduamente en la Puebla, al amparo del monasterio de los jerónimos a los que pagaban tributo.

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Una batalla (la del Salado) acaecida entre los ejércitos cristianos y árabes, con resultado de victoria para los primeros, motivó que el rey Alfonso XI ordenara la construcción del Monasterio de Guadalupe, donde antes solo había una pequeña ermita con la virgen, pues el monarca consideró que la protección de la virgen negra había sido la causa determinante de la victoria en dicha batalla.

Ruta Invernal Sierra de GredosVía Verde de la Jara_13

El monasterio de Guadalupe alcanzaría tanta fama que el arzobispo de Toledo, mandó construir un puente sobre el río Tajo, llamado el puente del Arzobispo, para que los peregrinos que iban al Monasterio, siguiendo el Camino Real de Toledo, pudieran atravesar el río sin tener que utilizar las peligrosas barcas existentes en este caudaloso río.

A Guadalupe venían también a dar gracias, en la época del descubrimiento, aquellos conquistadores que o bien partían ha la conquista o que conseguían volver vivos de las Américas. En la plaza Mayor de la Puebla, frente a las escalinatas y la grandiosa fachada gótico-mudéjar del monasterio, se encuentra una fuente que vierte abundante agua, en cuyo pilón fueron bautizados los primeros indios que Colón trajo del Nuevo Mundo.

La Puebla y el Monasterio de Guadalupe

El propio Colón estuvo en Guadalupe para entrevistarse con los Reyes Católicos antes de emprender su periplo a las Indias y luego volvió varias veces para visitar este lugar de peregrinación, y disfrutar de la hospitalidad que le brindaron los frailes jerónimos que por entonces regentaban el Monasterio. Hernán Cortes fue otro de los celebres conquistadores extremeños de América, que visito el Monasterio de Guadalupe para dar gracias por sus conquistas y fortuna.

La Puebla y el Monasterio de Guadalupe

El monasterio guarda en su interior valiosas obras de arte con bellos bordados que se muestran en la antigua sala Capitular. Una de las mejores colecciones de libros miniados que se conocen, las tumbas de Enrique IV y María de Aragón, y la sacristía de cuyos altos muros se cuelga una valiosa colección de cuadros del pintor extremeño Zurbarán.

Muchos de los tesoros que poseía el Monasterio, la mayoría procedentes de regalos de los devotos, peregrinos, ricos hacendados, reyes y conquistadores que visitaron el lugar, se perdieron durante la invasión francesa y en la guerra civil española. Obras de arte de incalculable valor, que fueron expoliadas, y muchas de ellas terminaron en museos de otros países, o  en las colecciones privadas de ricos y poderosos. Entre las que se conservan destaca el libro de enterramientos del siglo XVII, el de rezos de Isabel la Católica y numerosos códices miniados, además de un crucifijo atribuido a Miguel Ángel.

El recorrido por el interior del Monasterio, termina siempre en el claustro mudéjar, que cuenta con dos cuerpos de arquería a cada lado, uno de los claustros mudéjares más bellos del mundo. En el centro del claustro se levanta un hermoso templete mudéjar construido en 1405 por Fray Juan de Sevilla, una joya de la arquitectura, única en su genero. Una fuente gótica que yace rodeada por helechos y pilistras, que derrama agua sobre la difusa luz que desciende desde las alturas hasta el interior del claustro.

Levantando la mirada hacia lo alto del claustros, observamos los grandes rosetones con bellas vidrieras que destellan colores con los rayos del sol, torres rematadas por veletas, y un mosaico de pináculos góticos cubiertos con tejas árabes, que se alzan buscando el infinito en un afán por buscar el azul del cielo que aparece recortado sobre las cubiertas del monasterio.

Formando parte del conjunto fortificado del monasterio de Guadalupe, se halla  la iglesia, en cuyo camarín se encuentra la virgen negra de Guadalupe. El templo ha sido edificado tres veces a lo largo de su historia, como sucedió con muchas otras partes del monasterio, la última modificación, data de los siglos XIV y XV.

El templo consta de tres naves, crucero y cabecera, de cruz latina y ábside poligonal, destaca sus bóvedas de crucería. La nave central del templo, queda iluminada por los grandes ventanales góticos que se abren en la fachada principal. Elementos muy característicos del gótico español que se conjugan en este espacio religioso, dándole una excepcional originalidad.

En cuanto a la Puebla, mantiene su casco antiguo originario, con calles empedradas, balcones de madera y forja, soportales adornados con flores y repletos de tiendas, donde se vende artesanía y productos de la tierra. Puertas y fachadas de sillares y escudos nobles, recoletas plazas con antiguas fuentes que derraman agua sobre los pilares, arcos y rincones con sabor medieval.

La fachada principal del Monasterio, gótico-mudéjar del siglo XV, se abre con gran esplendor a la plaza Mayor de la Puebla. El pórtico esta compuesto por arcadas, frisos, ventanas, pináculos y un rosetón con vidrieras. La portada esta jalonada por dos grandes torres, y en el centro tiene dos puertas de bronce, obra de Paolo de Colonia, bellamente labradas, que presagian con acierto la riqueza existente en el interior del templo.

En la parte norte, anexo al Monasterio, se halla la Real Hospedería, con un patio gótico de influencia mudéjares, una fachada  de mampostería y la puerta de acceso, de estilo gótico-mudéjar tallada en madera. Si el bolsillo os lo permite, pernoctar en este establecimiento es todo un placer para los sentidos y para el cuerpo, aunque una vez en la vida bien lo merece el sitio.

Para los que no tiene esa posibilidad, tomarse un café en el patio de la hospedería es barato y las sensaciones son las mismas escuchando de fondo el susurro del agua, el canto de los pájaros y el deleite con el juego de las luces que se cuelan por las celosías de las arcadas.

A unos metros del Monasterio, en la parte sur, se hallan los edificios del antiguo colegio de Gramática o de Infantes, la escuela de medicina y el hospital de San Juan Bautista, ambas construcciones del siglo XVI. El colegio de Infantes, posee un hermoso claustros mudéjar, con arcos de medio punto encuadrados en alfíz en su planta baja, en la galería superior, los arcos son túmidos.

El patio es un auténtico remanso de paz y surtidor de aroma de azahar que esparcen los limoneros. El edifico alberga en la actualidad el Parador Nacional de Turismo. Este antiguo colegio posee en la parte sur un jardín romántico con fuentes, cipreses y setos, con bellas vistas del Monasterio y la cercana sierra de las Villuercas.

A tan solo tres kilómetros de la Puebla de Guadalupe, a orillas de la carretera que va a Castañar de Ibor y Navalmoral de la Mata, se encuentra el Templete del Humilladero, una construcción de principios del siglo XV, de estilo mudéjar, de gran valor artístico, construida con ladrillos, al igual que la bóveda de crucería de su interior, recientemente restaurado con poca fortuna.

En este lugar, los peregrinos que venían ha Guadalupe por el Camino Real de Toledo, daban vista por primera vez al monasterio, se detenían y agradecían a la Virgen de Guadalupe su protección durante el viaje.

Por este camino Real pasaron los peregrinos devotos de la Edad Media, los aventureros pudientes de la Europa Cristiana, los embajadores y los mendigos harapientos, los nobles y la gente de la iglesia, así como los príncipes y reyes cristianos. Entre los muchos peregrinos que hollaron este camino y se detuvieron en el Templete del Humilladero, destaca Miguel de Cervantes y Saavedra. Se sabe que, después de su cautiverio en Orán, vino como tantos otros liberados de las prisiones otomanas, a ofrecer las cadenas que había arrastrado durante su cautiverio, a la Virgen de Guadalupe.

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En plena sierra, metido entre viejos castaños y campos de olivos, con una de las más bellas panorámica de Guadalupe, descubrimos el palacio Granja de Mirabel, una construcción que perteneció al Monasterio de Guadalupe, donde descansaban los Reyes Católicos y sus hijos cuando visitaban la comarca. Es una edificación de una sola planta de influencia mudéjar, que posee bellos patios, galería, jardín y una capilla construida en 1515, la visita a este lugar solo se puede hacer los jueves de cada semana ya que el palacio en la actualidad es de propiedad privada.

Información Practica

Cómo llegar: La mejor forma de llegar a Las Villuercas es tomando la A-5 hasta el desvío por Navalmoral de La Mata. Por la EX 118. Esta carretera lleva directamente a la Puebla de Guadalupe. Por la misma autovía, entre Navalmoral y Trujillo se puede coger también la CC-22 en dirección a Deleitosa y Cabañas del Castillo, Cañamero y Guadalupe.

Alojamientos Recomendados: En la Puebla de Guadalupe podemos encontrar todo tipo de establecimientos donde alojarnos durante los días que pasemos visitando el monasterio y la comarca extremeña de LasVilluerca, un paraíso de naturaleza salvaje, arquitectura popular y tradiciones, corazón del Geoparque Villuercas.

Alojamientos Recomendados: En la Puebla de Guadalupe podemos encontrar todo tipo de establecimientos donde alojarnos durante los días que pasemos visitando el monasterio y la comarca extremeña de LasVilluerca, un paraíso de naturaleza salvaje, arquitectura popular y tradiciones, corazón del Geoparque Villuercas.

Aprodervi. Asociación para la Promoción y el Desarrollo Rural de la Comarca de Villuercas, Ibores y Jara. Museo, s/n. En Cañamero. Tel. 927 369 429. www.aprodervi.com

Oficina de Turismo de Guadalupe. Pza. de Santa María, s/n. Tel. 927 154 128.

Patronato Turismo de Cáceres. Amargura, 1. En Cáceres. Tel. 927 010 834. www.turismocaceres.org

Museos del Real Monasterio de Guadalupe. Tel. 927 367 000. Abre todos los días de 9.30 a 13 y de 15.30 a 18.30. www.monasterioguadalupe.com Turismo de Extremadura: www.turismoextremadura.com

MAPA CALLEJERO DE LA PUEBLA DE GUADALUPE

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