Manuel Santervás Martín: 27-7-2011
Después de tantos días de buen tiempo, era normal que algún día nos lloviera un poco. Las dos últimas grandes cascadas que veremos son Godafoss, la cascada de los dioses y Aldejarfoss. A la primera se accede desde un aparcamiento cercano a la carretera principal y así está de atestada de gente.
Se debe cruzar un riachuelo para acercarse y hay congestiones en las piedras para cruzarse. A la otra, Aldejarfoss, se debe circular por una pista de montaña casi 40 km por lo que estamos prácticamente solos, si no fuera por las molestas moscas que infectan la zona.
Ambas cascadas son impresionantes, y aún habiendo visto unas cuantas estos días, te quedas absorto contemplándolas.
Luego nos fuimos a Akureiry, la capital del norte, y que nos ha gustado más que Reikiavic. Un paseo por sus calles, un helado enorme en un establecimiento famoso y un baño en su piscina municipal nos dejan muy buen recuerdo de ella.
Las piscinas municipales no son cómo nos imaginamos por nuestro país. Aquí tienen sauna, baño turco, trampolines, pozas calientes, jacuzzis… Dormimos en Dalvik, un pueblo pesquero y emprendemos el viaje siguiendo la costa norte, entramos en varios pueblecitos de los fiordos del norte.
Paramos a ver una roca que tiene la leyenda de ser un troll petrificado y por último avistamos focas en la costa oeste ya casi… En el albergue nos bañamos en la poza caliente que tienen. Esperemos que el tiempo mejore.
Otros reportajes del autor: Un paisaje de acentuado contrastes
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