El Rincón del Trotamundos. Fotografías José Luis Pina. 17/13/2013
Dentro del Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia, el intrépido viajero amante de la flora y la fauna en su estado salvaje, encontrará un auténtico paraíso donde disfrutar, no solo de los grandes paisaje rurales y de montaña, también de un espacio natural excepcionalmente bien conservado. Un conjunto de pueblos que guardan en su interior una arquitectura serrana de notable belleza, reliquia del mundos rural en la época árabe, del medievo, la inquisición y la conversión de los judíos.
Son varios los recorridos, todos ellos de gran riqueza y atractivo, los que recorren la Sierra de Francia y Las Batuecas. Recorridos que se pueden hacer con bicicleta uniendo unos pueblos con otros utilizando para ellos las pequeñas carreteras de montaña que discurren por la sierra, también siguiendo las pistas forestales que unen los distintos extremos del parque, pasando por los pueblos y aldeas dispersos por el territorio.
En la sierra de Francia y Las Batuecas, se conservan los antiguos caminos de herradura o tradicionales, por los que transitaban en los siglos pasados los lugareños para comunicarse con los vecinos de otros pueblos, o para acceder a las tierras de labor, los huertos donde plantaban las legumbres y hortalizas y donde alimentaban el ganados doméstico. Muchos de estos caminos estaban empedrados y como una malla surcaban toda la sierra de un extremo a otro, incluso se unían con otros caminos procedentes de otras comarcas colindantes, Las Hurdes, el Campo Charro, Valle del Ambroz, Guijuelo, Ciudad Rodrigo o Sierra de Béjar.
Estos caminos son una autentica delicia para los amantes del senderismo y las pequeñas aventuras, pues en su mayoría discurren por parajes angostos donde solo a pie se puede transitar, atravesando por cerrados bosques autóctonos en los que predominan los robles, los castaños, los alcornoques, los madroños, los brezos y lentiscos, además de muchas otras especies mediterránea. Una vegetación que convive con los bancales y huertos cultivados por los campesinos donde crecen olivos, vides, cerezos, manzanos, membrillos, granados, limoneros y una gran variedad de hortalizas que son el saludable sustento de los lugareños.
Transitando por estos parajes, se llega hasta miradores naturales que permiten tener grandes panorámicas de la sierra, los valles adyacentes y los territorios y comarca que colindan con este espacio natural. Cientos de mil kilómetros de senderos naturales recorren la sierra de norte a sur y de este a oeste, a cual de ellos más atractivo y sugerente. Algunos de estos caminos se encuentran señalizados, otros son evidentes por el paso continuado de personas o animales y algunos otros forman parte de la red de senderos señalizados por la Junta de Castilla y León.
Camino del Agua
Es el caso del sendero que describimos en esta ruta, “Camino del Agua”. Una ruta circular que nos lleva desde la población de Mogarraz, pasando por Monforte de la Sierra y regresando de nuevo al punto de partida. Para hacer esta ruta, señalizada no es necesario hacer grandes preparativos ni pertrecharse de un equipo de alta montaña, basta con estar acostumbrado a caminar. Importante es utilizar calzado para caminar por el campo y ropa adecuada según la estación y la meteorología que se presente el día que pensemos hacer el camino.
Toda la ruta esta bien balizada por lo que es difícil perderse, aunque no imposible, por eso debemos prestar atención a las marcas que indican el recorrido y no confundirlas con las que pueden aparecer de otros recorridos que en algunos tramos comparte itinerario.
El punto de partida y llegada, puede ser Mogarraz, pero también Monforte, si salimos de Mogarraz, el camino se inicia al final del pueblo, siguiendo la carretera de La Alberca. En la parte izquierda de la calzada encontramos una tablilla que indica el comienzo del camino, este desciende entre paredes y bancales hasta la zona baja del valle por donde discurre el arroyo Milano.
Nos encontramos en un paraje fantástico, donde la vegetación autóctona se mezcla con los árboles frutales y los bancales de piedra recostados sobre la ladera de la sierra en una suerte de ritmo, al igual que lo hacen las casas de Mogarraz que se asoman al valle desde lo alto.
En este rincón de la sierra, las estaciones de la primavera y el otoño son un prodigio de la naturaleza, el contraste que ofrecen las distintas especies arbóreas durante el otoño, desnudan la sensualidad de un paisaje bravío en cuyas espesuras medran los animales salvajes. Durante la primavera, todo en este rincón es sensualidad, armonía, eclosión de vida y delicadeza; los árboles florecen y lo hacen con el azar de los naranjos, las flores de los cerezos, los manzanos, olivos y laureles, convirtiendo este rincón en un autentico jardín del edén.
Todo el sendero esta jalonado por esculturas que tienen alguna relación con el agua, las encontraremos situadas en distintos puntos junto con una placa en la que se detalla su significado y el autor de la misma. Como su nombre indica, el Camino del Agua, discurre por zonas donde este liquido es abundante, es el caso del Arroyo Milano, un curso de agua que discurre entre una frondosa vegetación creando espacios de sosiego llenos de humedad silencio y recogimiento.
Pasado el Arroyo Milano, el sendero asciende por entre paredes, huertos de cerezos, grandes robledales y castaños hasta enlazar con la carretera, siguiendo esta durante unos 800 metros hasta adentrarnos en las calle del pueblo de Monformte de la Sierra. Una singular población cuya mayor riqueza es su bien conservada arquitectura rural.
Poco más de una larga calle principal y una plaza mayor, configuran el casco de este pueblo serrano, además de callejuelas y pasadizos. Casas de piedra de dos plantas, con voladizos de madera, balconadas, hermosos dinteles y techumbres de teja roja, una joya de la época medieval que resiste el paso del tiempo y la codicia de los especuladores.
Tras recorrer las calles, beber en los pilares, visitar la iglesia, tomar fotografías y disfrutar del mirador natural que ofrece el lugar privilegiado de Monforte de parte de la sierra, continuamos el camino que parte del mismo lugar por el que hemos entrado en el pueblo, cerca de la ermita del humilladero.
El sendero desciende sin mucho descanso hasta el curso del río, pasando por huertos y bancales que se suceden alineados en la ladera de la sierra. Ya en el río, el puente de Los Molinos nos permite vadear el curso del agua y situarnos en la otra margen de río por donde sigue descendiendo, entre robles y pinos el Camino del Agua.
En el Puente del Pontón, el camino cruza de nuevo el Arroyo Milano y asciende por la ladera de la sierra. El puente del Pontón es un lugar donde la naturaleza convive en armonía con la obra del hombre, puente y bancales, confluyen en un todo formando una simbiosis de ritmo y armonía. El susurro del agua, los árboles cubiertos de líquenes, las rocas tapizadas de musgos, las paredes de piedra, los recios arco del puente, y las caricias del viento, hacen de este lugar un autentico remanso de paz y hechizo que atrapa al viajero que recorre los camino de la sierra.
En una zigzagueante ascensión, subimos hasta el pueblo de Mogarraz, pasando por huertos y olivares repletos de higueras, viñedos, cerezos y castaños. Ya en las calles del pueblo lo primero que nos recibe es una fuente que vierte abundante agua por sus caños, en el deambular por el pueblo encontraremos varias. Mogarraz, es muy posiblemente uno de los pueblos de la Sierra de Francia que mejor conserva el trazado arquitectónico original de los pueblos de la comarca salmantina.
Calles estrechas, plazas irregulares, soportales de nobles columnas graníticas, sinuosos pasadizos, fachadas donde se alterna la piedra de granito con la madera de castaño y rincones en los que los siglos yacen atrapado sin sucesión de continuidad.
Mogarraz, un comienzo y un final de esta ruta circular “Camino del Agua”, que recorre en poca más de 2h un pequeño rincón del Parque Natural de La Sierra de Francia y Las Batuecas y dos singulares pueblos. Una de las muestras más representativas de la flora, la fauna, la arquitectura, las costumbres y tradiciones del mundo rural. Mogarraz dispone de establecimientos de hospedajes, restaurantes, bares, museos, tiendas de artesanía con productos de la sierra y punto de información para los viajeros.
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Estupendo y precioso reportaje y relato!
Esos son los caminillos -entre otros- que recorro con deleite cuando no puedo ir con vosotros…
Suelo llegar en bus hasta Cepeda y desde allí subir por una pista-senda preciosa, cargada también de madroños y cerezos, hasta enlazar con el Camino del Agua! Luego se puede volver en bus por la tarde a Salamanca desde Mogarraz por La Alberca.
Abrazos, amigos, buen año y gracias por transmitirnos vuestro amor a la Naturaleza.