El canto gregoriano en el Monasterio de Silos

El Rincón del Trotamundos. Jesús Bellido. 20/6/2011

Tal como establece la Orden de San Benito, los monjes de Silos dan gracias a Dios con las salmos y oraciones varias veces al día, entre ellas las vísperas con cantos gregorianos, sonidos primitivos que intentan acerca con sus acordes el espíritu del hombre hasta su dios. Las voces de los monjes vibran en la iglesia con el sonido de fondo de las notas del órgano, notas armoniosas que recuerdan cánticos y mantras de otras religiones repartidas por el mundo.

La iglesia desprovista de adornos acoge a 19 monjes cantando, y entre ellos destacan tres jóvenes, con los hábitos de color marrón, sin adornos que destacan de entre los demás. Escuchando y observando esta estremecedora escena entran tentaciones de probar esa vida mística y recogida entregada al espíritu y al mundo contemplativo, pero no debe ser fácil alejarse del mundo y de la vida para recluirse en un monasterio.

Para resabiar las tentaciones, cerca de Silos se encuentra el desfiladero de la Yecla, dura es la piedra pero lo más blando a veces la vence (el agua), desfiladero entre paredes de caliza con un sendero habilitado para disfrutar del frescor ahora que se acerca el estío. La pena es que no es muy largo, pero no por ello menor su belleza.

También disfrutar de la villa de Covarrubias, tuvimos la suerte de estar justo en el momento en que las luces del día dan paso a las luces de la noche, y además con el aliciente del eclipse de la luna, lo cual hace más misterioso y agradable los paseos por esta histórica villa, en la que las torres, iglesias, almenas y arcos medievales, se sumen al atardecer en un juego de luces y hechizo que atrapa al viajero.

COVARRUBIAS, CUNA DEL REINO DE CASTILLA

EL DESFILADERO DE LA YECLA

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