La sexta etapa es la menos accidentada de este bello camino costero, quizás por ello es también la más larga. Durante esta etapa recorreremos la inmensa Ría de Camariñas, que abarcan unos paisajes serenos y apacibles que se tornan pintorescos enmarcando en ellos hermosas aldeas que nos dan otra visión de este camino. En la segunda parte, atravesamos inmensos arenales en la desembocadura del Río Grande y la Praia do Lago que nos acercan a Muxía y al Monte Corpiño.

El Rincón del Trotamundos. José Luis Pina
Desde Cereixo, cogemos una pista que nos conduce hasta la Playa do Lago. El sendero se estrecha cuando caminamos por la Furna do Sapo, con muchas precauciones por la maleza, en dirección a la playa de Area Grande, a la que bajamos para encontrarnos con la desembocadura del Río Grande. Cruzaremos toda la playa y subiremos por el pinar para llegar a la playa de Leis, que atravesaremos antes de situarnos en la Playa de Lago, lugar donde aprovechamos para darnos un chapuzón.

Salimos de la playa de Lago,
atravesando un puente por la carretera, y cogemos una pequeña senda a la
derecha que nos acercará a Merexo. De ahí nos dirigimos a Os Muiños por donde
haremos una pequeña pero hermosa ruta de los molinos del Río Negro, esta vez
bien restaurados. Al final nos encontramos con la playa de Os Muiños, que la
recorremos longitudinalmente hasta llegar a Chorente.

Desde aquí la etapa nos
lleva por el Bosque de Chorente y la punta del mismo nombre, desde la que ya
vemos Muxía, la novia del viento, y a la que llegaremos después de atravesar
las playas de Espiñeirido y A Cruz. Continuamos por el paseo hasta llegar al
Santuario Virxe da Barca, zona 0 del desastre del Prestige.

Es un edificio de culto construido para cristianizar un lugar donde se realizaban cultos paganos por los antiguos pobladores de estas tierras. La primera ermita fue construida en el siglo XII y cobra gran importancia por el hecho de ser final de etapa de los peregrinos que, después de visitar al apóstol Santiago, se dirigían a estas tierra del Finis Terrae, para rendirse al pie de la Virgen y contemplar las curiosas piedras en el lugar en las que, según la leyenda, se le apareció al apóstol para darle ánimo en su intento por cristianizar estas tierras del noroeste peninsular.

Desde aquí, subimos para alcanzar la cumbre del monte Corpiño y poder contemplar el inmenso paisaje que desde su cima se tiene de esta parte del litoral gallego.














