El espacio geográfico de Las Rías Altas comprende una extensa área costera que abarca una parte de las provincias gallegas de Lugo y A Coruña, ubicadas en la zona más norteña de esta comunidad. En su demarcación se encuentran los cabos Ortegal y Estaca de Vares, este último está situado en la línea imaginaria en la que se abrazan el océano Atlántico y el mar Cantábrico, un punto geográfico de gran atracción magnética y mitológica.
El Rincón del Trotamundos. Rafa Álvarez
Las Rías Altas configuran un paisaje de la costa norte peninsular de gran riqueza, no solo paisajística, que lo es y mucho, sino también por su valor natural, pues salvo algunas zonas en las que el bosque autóctono ha sido sustituido por los eucaliptos y los pinos, el territorio es un auténtico oasis natural. Uno de los mejores destinos donde viajar en verano, combinando el baño, con los deportes de aventura en la naturaleza, el turismo cultural y la gastronomía.
Nos encontramos en un territorio muy peculiar en el que la orografía es muy variada y cambiante donde se suceden las rías que se adentran en el interior de la tierra firme siguiendo el curso de los ríos que vierten en el mar procedentes de las montañas. En estos espacios confluyen en un secular abrazo las aguas dulces con las salinas procedentes del mar, creando unos ecosistemas muy singulares, con hermosos estuarios, silenciosas playas y aguas mansas de apacible belleza en las que se mecen las barcas de pescadores de colores intensos que se reflejan en el agua.
Entre ría y ría la montaña desciende hasta adentrarse en el mar, formando escarpados acantilados sobre los que bate con fuerza el oleaje, aislados cabos, que en ocasiones han servido al hombre para levantar faros, protegidos rincones naturales en los que se han formado insólitas playas de fina arena, y espacios donde se han construido pequeños puertos en los que se refugian los barcos de pescadores que faenan por la zona.
Además de la abundante y variada fauna marina de la costa, muy valorada en la cocina gallega y nacional, las Rías Altas disfrutan de un ecosistema excepcional, pues los lechos de las rías son ricos en nutrientes que arrastran las aguas de los ríos de las montañas y aquellos que depositan las aguas marinas, lo que hace posible que en estos espacios convivan una flora y fauna muy variada y rica. Estas riquezas se pueden ver a simple vista durante la bajamar cuando las aguas marinas descienden y dejan al descubierto los lechos.
Entre la ría de Viveiro y la sierra de La Capelada, la accidentada orografía ha formado tres importantes rías: la de Viveiro, constituida por el río Landro que nace en la sierra de Gistral y recorre buena parte del concejo hasta verter en el mar por la playa de Covas. La formada por el río Sor que nace en las parroquias de Freixo y Muras y recorre el concejo de Mañón para desembocar en el estuario de El Barqueiro y Espasante. Finalmente, la gran ría de Ortigueira situada en el concejo del mismo nombre.
La ría de Ortigueira tiene varias aportaciones fluviales de los ríos Baleo y Ladoi en cuyas márgenes, además de la señorial villa de Ortigueira que da nombre a la ría, se encuentran otras pequeñas aldeas. En la parte norte de la población se encuentra una extensa playa cobijada por densos pinares. Y ya en la zona más occidental, pegada a la Sierra de La Capelada, a la entrada de la ría de Ortigueira, se encuentra la población de Cariño, este, junto con el de Viveiro, son los dos puertos de pescadores más importantes de las Rías Altas.
El recorrido por esta parte de las Rías Altas se puede hacer en coche, las carreteras son estrechas y con bastantes curvas, propias de zonas de montaña por lo que es aconsejable tomar la máxima precaución. El recorrido se puede hacer tomando el tren y bajando en cada una de las muchas paradas que tiene este en el recorrido. Salvo la población de Cariño donde no llega este medio de transporte, todas las demás localidades están comunicadas. El viaje en estos trenes es de fantasía, ya que nos permite una visión diferente del paisaje a la que tendríamos con otro medio. Es conveniente hacerse con el horario de los servicios antes de planificar el recorrido.
También se puede hacer la ruta en bicicleta, combinando la carretera con las pistas forestales y las rutas balizadas para caminantes y bicicleta, alternando el recorrido con tramos en el tren pues se admiten las bicis en este medio. También hay rutas marcadas para el senderismo de pequeños y grandes corridos como es el caso del Camino Natural del Cantábrico que recorre toda la costa y nos lleva por aldeas, playas, acantilados, miradores naturales y calas.
El viaje por esta parte de las Rías Altas no entraña en sí ninguna dificultad en cualquiera de las formas que utilicemos, coche, tren, bicicleta, barco o caminando, pero siempre es recomendable hacerlo probistos de algún tipo de seguro de viaje que nos cubra, además de los pequeños percances, el extravío del equipaje, las reservas de hoteles y apartamentos, la atención médica y los cambios de última hora. Esto nos dará una mayor seguridad y tranquilidad durante nuestro viaje.
En Viveiro es importante darse un paseo por el casco antiguo, donde se conservan rincones que evocan su histórico pasado medieval, como la puerta de Carlos V, situada en la antigua muralla por la que se accedía a la ciudad una vez pasado el puente que cruza la ría. En la inmediaciones de Viveiro encontramos un mirador natural desde el cual podemos deleitarnos con el paisaje y el conjunto de la ría, el de la ermita de San Roque, situado encima mismo de Viveiro. Al lugar se puede llegar en coche, aunque también se puede hacer en bici y caminando.
En dirección oeste siguiendo la costa se encuentran otras pequeñas aldeas, que quizás por esa condición, esconden un mayor atractivo por estar enclavadas en rincones del litoral muy singulares, o quizás por su atractivo arquitectónico, cultural y paisajístico, con playas tan hermosas como las de Xilloi y Coalín, ambas situadas en el municipio de Vicedo. El Barqueiro está situado a sotavento en la ría del Sor frente a una de las playas más bellas de la zona: Arealonga. El Barqueiro, con su pequeño puerto y coloridas casas, es uno de los municipios de esta costa más acogedores que podemos encontrar en nuestro viaje por las Rías Altas, donde se puede disfrutar de una muy rica gastronomía hecha con productos de la tierra.
Adentrándonos hacia el Cabo Ortegal se oculta ante la mirada del intruso, el puerto de Estaca de Vares que se protege de los vientos del norte que soplan en la zona, un lugar mágico de serena belleza en el que los barcos fenicios que navegaban por esta parte de la costa encontraban refugio. Protegiendo el poblado, la playa y el puerto, se encuentra un monte en cuya cima está situado el Mirador del Semáforo, un lugar para deleitarse con el paisaje que ofrece el relieve de costa y el Cabo Ortegal con su antiguo faro.
En dirección a la Villa marinera de Ortigueira nos encontramos con playas indescriptibles, calas y miradores naturales en los que uno puede quedarse hasta la noche contemplado las espectaculares puestas de sol que tienen lugar en la línea del horizonte de Las Rías Altas; mirador de Cadaval, Pena Furada, miradores que nos dejarán ensimismados, como el de los acantilados de Loira o Garita de Vela, en Espasante. Playa de Esteiro, de Lousido, de Fábrega, o Furada del Sarridal.
Ortigueira es conocida en todo el mundo por los festivales de música celta que se celebran cada verano en la villa, cuyos escenarios naturales son de un auténtico deleite y donde la música suena durante tres días consecutivos. Esta población se encuentra situada junto a la ría del mismo nombre, protegida por un montículo natural de los vientos que soplan del norte y se adentran por la ría. Paseando por sus calles descubrimos bellas construcciones señoriales con sabor marinero, y algunos rincones que acogen la arquitectura del siglo XVIII y XIX. Es el caso del teatro de la Beneficencia, construido en el siglo XVIII, el convento de Santo Domingo y el castillo de Casón.
La ría de Ortigueira es un espacio natural inmenso formado por arenales, lodos y láminas de agua dulce y salada que ascienden tierra adentro formándose pequeños islotes, arrecifes, entrantes y salientes que constituyen una especie de tapiz en movimiento y que adopta formas y colores diferentes coincidiendo con el cambio de las estaciones, del día y de la pleamar.
En la parte opuesta de la ría de Ortigueira, casi en su entrada, sobre las estribaciones de la sierra de la Capelada, se encuentra la población marinera de Cariño, donde se ubican algunas recónditas playas de aguas turquesas, como la playa de Hornos. Pasada la población, una pequeña carretera litoral, un sendero balizado para caminantes y bicicletas nos lleva al Cabo Ortegal, ubicado a la entrada de la ría de Ortigueira. El cabo, junto con el faro, es batido casi siempre por un fuerte oleaje pues en su entorno se encuentran los acantilados más altos de Europa, los de la sierra de La Capelada con espectaculares salientes rocosos que emergen del mar como esculturas pétreas.
Podemos finalizar este recorrido por las rías, en lo alto de los acantilados, en la sierra de la Capelada donde es posible encontrar miradores naturales desde los que puede uno deleitarse contemplando amplias panorámicas. Entre ellas está la de la Garita de Herbeira, un lugar donde la vista se pierde en el horizonte sobre la magnitud del océano Atlántico. En este lugar se puede disfrutar de una de las puestas de sol más hermosas de toda Galicia si las nubes, que suelen cabalgar por esta parte de la costa, nos lo permiten.
