El Rincón del Trotamundos. José Luis Pina. 24/1/2014
Frío y bonito viaje el que realizamos por tierras asturianas, en el que disfrutamos de las montañas nevadas, los bosques, el verde de los prados, la playa y la gastronomía, como no, en compañía del salmantino, afincado en Asturias, Carlos Beltrán, que de estas tierra norteñas sabe un rato, tanto o más que los viejos osos que invernan en las montañas de la cordillera Cantábrica.
Estuvimos en la comarca de Quirós, zona muy montañosa de la cual, más del 40% de sus montañas tienen más de 1200 mts. Los pueblos y caseríos de esta zona, se asientan en la orilla de los ríos ó a media ladera en los valles, siempre rodeados por verdes prado y frondosos bosques de robles y hayas. Pueblos que conservan una bella arquitectura tradicional.
La comarca de Quirós la conforman profundos valles escavados en la vertiente norte de la Cordillera Cantábrica, y angostos desfiladeros, de los cuales el primer día hicimos, de bajada, el de las Xanas. Se puede decir que es un pequeño Cares que desciende junto al curso del río por una intrincada orografía.
El segundo día subimos hasta Tuiza de Arriba, en el Macizo de las Ubiñas y decidimos, en lugar se subir a donde se sube casi siempre, que es Peña Ubiña, subir al Fariñentu, un pico de más de 2000 mts. que queda enfrente de las escarpadas paredes de los Fontanes y a la derecha de Ubiña. Las vista son impresionantes con las caras norte completamente nevadas y el hielo pegado a sus paredes. Es un de las vistas más bonitas del macizo de Peña Ubiña.
Hubo tiempo para dar un paseo por las playas asturianas. Así el tercer día nos fuimos a hacer un sendero por el Cabo de Peñas y poder contemplar sus altos acantilados colonizados por una variada flora que resiste las duras condiciones climáticas y la salinidad de los vientos marinos. Colonias de gaviotas y otras aves tienen su habitad en estos parajes costeros donde el mar bate con fuerza en los días de tempestad.
No nos faltó un suculento plato de Fabes con almejas en Aviles y para terminar el día, una visita a la playa del Silencio y un recorrido nocturno por Cudillero, posiblemente el pueblo costero más bonito de todo Asturias y parte de España. Un pueblo de pescadores de arraigadas tradiciones que conserva una bella arquitectura, con casas que se agrupan de forma escalonada en una pequeña ensenada junto al puerto.
Para finalizar este viaje por tierras del Principado de Asturias, el último día hicimos una marcha por una zona de media montaña en donde pudimos ver las famosas brañas; pueblos en las laderas de los valles norteños que utilizan los pastores en verano para recoger su ganado. La bajada la hicimos, con fuerte pendiente, por un hayedo que a estas alturas aún conservaba vivos sus colores.
Dormimos el un refugio de montaña en el Llano, justo delante de la Escuela de Escalada de Quirós, que probablemente sea de las escuelas más importantes de España. El refugio está muy bien, aunque un poco pequeño, pero muy acogedor. De 29 plazas que tiene, solamente estuvimos cuatro y los dos guardas.
El tiempo frío pero muy bueno, sin ningunas nube en los cuatro días, aunque las heladas eran considerables, por lo de más algo normal en esta época, más metidos como estábamos en plena Cordillera Cantábrica.
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