El Rincón del Trotamundos. Javier Elcuaz del Arco
Siempre es buen momento para hacer una escapada a Asturias. El verano nos va a ofrecer la posibilidad añadida de bañarnos en las playas y calas que aparecen y se esconden parcialmente entre el azul marino y el verde terrenal al ritmo de las mareas.
La mayoría de estas playas cuentan con accesos y aparcamientos para llegar a ellas sin esfuerzo. Hay otras, que protegidas por acantilados verticales y escarpadas laderas montañosas, requieren seguir sinuosas sendas para pisar su húmeda arena, ofreciéndonos, a cambio, la tranquilidad de los lugares poco concurridos en un entorno natural inalterado por la mano humana.
La fuerza del Cantábrico ha creado formas siempre cambiantes en la roca caliza que se adentra en el mar, horadando su interior y produciendo los bufones, grandes agujeros por donde sale el agua pulverizada por los embates de las olas durante las mareas altas. Donde la menor consistencia del terreno se lo ha permitido, el mar ha penetrado en la tierra creando bellas playas en forma de arco, a modo de gigantescas conchas marinas.
Todo el norte costero asturiano puede ser recorrido en bicicleta o caminando siguiendo el Camino de Santiago del Norte o la Senda Costera. Las continuas flechas amarillas nos conducirán, ya vayamos en bicicleta o caminando, por antiguos caminos o pequeñas carreteras que nos llevarán por ciudades y aldeas, tierras de labor y bosques autóctonos o replantados, ermitas y monasterios en uso o abandonados, hasta alcanzar nuestro objetivo. El número de albergues a lo largo del camino permite su realización a un precio razonable, aunque en los meses de verano los más pequeños se llenan con bastante frecuencia.
La Senda Costera es un proyecto europeo para unir San Petersburgo con el cabo de San Vicente en Portugal mediante una ruta peatonal de 5.300 kilómetros de recorrido. En Asturias se han señalizado 190,7 kilómetros de senda. El esfuerzo realizado por el Gobierno del Principado, el Estado y los correspondientes ayuntamientos sitúan a esta comunidad autónoma en el primer puesto del trazado de la ruta peatonal GR E9.
Otro de los muchos atractivos del oriente asturiano lo constituyen sus pueblos y ciudades. La pervivencia de la vida tradicional basada en la pesca, agricultura y ganadería, no ha impedido el desarrollo de servicios e infraestructuras para acoger a un turismo en aumento deseoso de disfrutar cuanto se le ofrece en patrimonio cultural, paisajes, gastronomía, climatología…
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