Miles de toneladas de residuos electrónicos —como ordenadores, teléfonos móviles y televisores desechados — se transportan a África y Asia cada año. Según la investigación de Greenpeace, parte de esta basura se exporta a Pakistán.
En el distrito de Lyari, en Karachi, cientos de trabajadores, incluyendo niños y adolescentes, se ganan la vida desmantelando la chatarra electrónica y extrayendo de ella componentes valiosos, como el cobre, para venderlo posteriormente. Aquí se revela el coste humano de la basura electrónica.Los fabricantes pueden y deben contribuir a solucionar el problema de estos residuos tóxicos. Los fabricantes pueden y deben contribuir a solucionar el problema de estos residuos tóxicos.