Iguazú, donde el agua se hace maravilla

 

El Rincón del Trotamundos. Manuel Santervás Martín. 30/1/2012

No tenía pensado ir a Iguazú cuando planeaba el viaje a la Patagonia argentina. Mi compañera de viaje insistió que merecía la pena, y no puedo hacer otra cosa que agradecerle su insistencia porque es el lugar más impresionante que visitamos en nuestro periplo, a pesar de que habíamos contemplado el glaciar Perito Moreno y los míticos Cerro Torre y Fitz Roy.

 

Puerto Iguazú es una ciudad montada para el turismo, los aviones que viajan a ella son más nuevos y todo es allí un poco más caro. Llegamos tarde por culpa de un retraso y la sorpresa es que no tenemos reserva en el hotel. “Se habrá perdido” nos dicen, tras un tira y afloja algo tenso, acabamos en otro hotel similar con todos los bártulos a las 12 de la noche.

 

Vamos a pasar un día y medio. En el primero veremos las cataratas argentinas y en el otro medio día las brasileñas. Cogemos el autobús a las ocho (el primero es a las siete y media) y cuando llegamos al parque ya hay algo de gente, no exagerada, pero si bastante.

Subimos andando por el sendero verde hasta la estación central (son 800 m, no compensa coger el tren para esto) y comenzamos haciendo el circuito superior de las cataratas: recorremos los saltos… dos hermanas, Adán y Eva, chico, Ramírez…es una maravilla. No es de extrañar que estén elegidas como una de las siete maravillas naturales del mundo.

Bajamos al circuito inferior, es aún más impresionante, vemos desde abajo los saltos y tomamos conciencia de su dimensión: 80 metros de caída a lo largo de más de tres kilómetros. Hacemos un poco de cola para ir a la isla de San Martín en un barco (incluido en la entrada del parque que cuesta 25 dólares). Nos bañamos en el río en una zona acotada con boyas, con las cataratas de fondo. Hacemos un pequeño recorrido al mirador de la ventana, pero sobre todo es imperativo ver el maravilloso mirador de San Martín… sin palabras…es algo increíble.

 

Volvemos a bañarnos y tras pasar de nuevo a la zona de los circuitos cogemos algo de líquido (es asombroso el calor que hace, la humedad que hay y el líquido que consumimos), comemos nuestros bocatas y nos vamos a hacer cola para coger el tren a la garganta del diablo.

Desde la estación cataratas en 15 minutos el tren nos deja en unas pasarelas que recorren el ancho cauce del río Iguazú hasta la garganta. Allí vemos como millones de metros cúbicos de agua caen cada segundo al fondo del valle en un atronador espectáculo. El arco iris aparece a nuestros pies y esta mágica estampa compensa el gentío con el que tenemos que enfrentarnos para poder asomarnos a los miradores. Nos pasamos largo rato aquí mirando boquiabiertos la magia de la naturaleza.

Volvemos y nos bajamos en la estación central de cataratas. Vuelvo al circuito superior, hay montones de coaties en la selva, los pájaros cantan sin rabiar, vemos algún tucán. Aprovecho a hacer alguna foto con trípode a las cascadas a la sombra.

El segundo día (medio día) nos vamos al lado brasileño. Todo fue estrés pero compensó. Vamos en autobús, hay que bajarse en la aduana argentina, volver a esperar en la aduana brasileña. Cuando llegamos al parque una cola de una hora para sacar las entradas, otra cola para entrar, otra cola para el autobús… Total que cuando llegamos al comienzo del circuito (tercera parada del autobús), sólo tenemos hora y media para verlas…. A correr y a adelantar gente….

Estamos en frente de las cataratas argentinas, y la vista es más panorámica… pero estamos más lejos…Mucha gente, adelantamos, nos asomamos, seguimos…

En la parte superior estamos más cerca de las cataratas y tenemos en frente la garganta del diablo.. aquí te vas a mojar sí o sí por el agua pulverizada que cae…

Cola de nuevo para volver… llegamos justos al autobús de vuelta… y no está, ¿vamos a perder el avión? No, tras media hora, aparece el autobús con retraso y llegamos de sobra…

Aún nuestras retinas están impresionadas, aún sentimos la fina lluvia de la aspersión de las cataratas, aún oímos los sonidos de la selva… pero tenemos que irnos.

Un consejo si vais para allá: Alquilad coche, os dará la libertad de ir antes que los autobuses y ver solos las cataratas, más importante aún en el lado brasileño.

Otros Reportajes del autor publicados en esta página web. Cinco días en Buenos Aires la ciudad de los porteños Aventura y ocio en la Naturaleza https://www.elrincondeltrotamundos.com

 

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