Texto y Fotografía de Juan José Ramos Encalado
Las islas Hawaii, situadas en medio de la nada más absoluta y a su vez en medio del Océano Pacífico, atraen a sus costas animales que han nadado y volado por todo este inmenso mar. Así durante el invierno se reciben miles de ballenas que llegan desde Alaska; tortugas verdes que recorren el Pacífico tropical y que aprovechan las playas hawaianas para descansar y solearse; la rara foca monje hawaiana, hoy día muy amenazada, y que se mueve entre este archipiélago y los vecinos de Laysan y Midway; aves limícolas como los vuelvepiedras y chorlitos dorados que pasan aquí el invierno tras haber criado en las tundras asiáticas y norteamericanas y aves que pasan todo el año volando en alta mar y que se acercan a criar aquí tres meses como la pardela pacífica. Esperemos que estos ciclos vitales puedan seguir disfrutándolos generaciones futuras.