Javier Elcuaz del Arco
Un grupo de unas treinta personas salimos con el GUM-Salamanca para hacer algo más que disfrutar del sol que brilló generoso el domingo 18 de octubre. La travesía de veintiocho kilómetros resultó completa con sus gargantas, lagunas, cumbres, trepadas, piornos y linternas.
Desde Nava del Barco subimos a la laguna de la Nava en algo menos de tres horas. Por eso se decidió que todo el grupo subiría al pico de la Covacha. Un par de horas después ya estábamos comiendo en esta cumbre y disfrutando de la dilatada vista que proporciona al intrépido montañero.
Crestear el circo de la laguna del Barco resulta entretenido, a la vez que proporciona todos los alicientes para disfrutar las sensaciones de las altas cumbres de Gredos: vistas aéreas, formaciones graníticas caóticas, naturaleza casi en estado puro, … Pero el tiempo pasaba y el encuentro con el mar de piornos que cubre el inicio de la cuerda del Risco del Águila vino a romper el encanto presagiando un retraso considerable. Afortunadamente, el lugar también es muy querido por las vacas avileñas de Gredos y han abierto paso entre la tupida masa vegetal.
Durante el largo descenso también disfrutamos de una bella puesta de sol antes de llegar a nuestro destino. Aunque ya era noche cerrada cuando llegamos a Puerto Castilla y la llegada a nuestro lugar de destino se retrasó más de lo previsto, las vivencias del día compensaron los inconvenientes.
¡Qué buena ruta tocando las tres gargantas de la sierra! Una pena habermela perdido.