Torrentes de aguas rápidas y transparentes buscando su salida al mar, pastizales de altura limitados por abruptas crestas montañosas y picos que superan los 2.000 msnm son algunos de los elementos que, como poderosos imanes, atraen a los visitantes que disfrutarán con el rico paisaje asturiano del P.N. de Redes.

El Rincón del Trotamundos. Javier Elcuaz del Arco
Al sureste de Asturias el Parque Natural de Redes alberga frondosos bosques de hayas y robles habitados por una rica fauna que incluye ocasionales avistamientos de osos y zonas de cría de lobos. La ocupación humana se ha limitado a la ganadería extensiva en sus ricas brañas y a los núcleos de población donde se mantiene la arquitectura tradicional con abundante presencia de hórreos y paneras.

La mayor parte de su territorio está ocupado por las montañas de la Cordillera Cantábrica, donde nacen los rápidos torrentes que, discurriendo por profundas gargantas talladas en la roca caliza, alimentan el río Nalón.

Por sus valores paisajísticos, geológicos, medioambientales y culturales esta comarca cuenta con varias figuras de protección: Reserva de la Biosfera, Lugar de Importancia Comunitaria y Zona de Especial protección para las Aves, además de Parque Natural.
Podemos llegar a Redes desde el centro de Asturias por la carretera regional AS-17; desde el oriente asturiano por la carretera comarcal AS-254 y desde la provincia de León por el Puerto de Tarna, ya sea por la carretera comarcal C-634 (desde Riaño) o LE-331 (desde Puebla de Lillo).


Un grupo de amigos vamos a pasar unos días caminando por este entorno privilegiado. Como el primer día presenta cielos cubiertos con amenaza de lluvia lo dedicaremos a recorrer la ruta del Alba. Comenzamos en Soto de Agues, que será nuestro lugar de alojamiento. Las indicaciones de este itinerario nos llevan por una pista hormigonada que remonta en paralelo el río Alba. Poco a poco el amplio valle se va cerrando hasta convertirse en un desfiladero. La sucesión de cascadas, algunas alcanzan los diez metros de altura, pozas, remansos y puentes, bajo el bosque de galería son un espectáculo continuo. Al cabo de unos siete kilómetros llegamos al final del recorrido, la Cruz de los Ríos, donde se ha acondicionado un área de descanso para reponer fuerzas antes de emprender el regreso.




Nosotros volveremos por el valle del río Nozalín. Desandamos el camino hasta el pontón Retortoriu. Cruzando al otro lado del desfiladero seguimos un camino ganadero que se bifurca y asciende hacia la izquierda ganando 450 metros de altura hasta el paraje conocido como los Fresnos. Las nubes solo nos dejan ver hacia el sur el hermoso relieve de valles y montañas que nos rodea. Un cartel nos indica la dirección a seguir para descender hasta el río Nozalín, que nos llevará de vuelta, bajo un hayedo muy bien conservado, hasta el comienzo de nuestra andadura.



Hemos caminado 19,5 km, durante unas cinco horas con un desnivel ascendente y descendente de 1.041 metros.
El pronóstico meteorológico incluye nubes altas sin lluvia para el segundo día. Nos decidimos por subir a la pradera de Brañagallones y decidir allí, a la vista del tiempo reinante, el mejor partido que nos ofrece tan hermoso lugar.
De camino a Bezanes nos detenemos en Rioseco para visitar la Casa del Agua, un centro de divulgación medioambiental sobre la historia de los usos del agua y su importancia como recurso natural.

Desde Bezanes subimos a la braña que nos evita 11 km de ascenso por camino ganadero. Como además de cielos cubiertos, el viento sopla con fuerza y quedan grandes neveros en la Sierra de Pries, decidimos subir al Cantu’l osu por la senda señalizada de Brañagallones.


Ascendemos por fuerte pendiente unos 600 metros en unos dos kilómetros para subir a este pico que nos regala una de las mejores panorámicas del Parque. Por el noreste destacan en sucesión el Tiatordos y Maciédome en el cordal de Ponga, Peña Santa y Picos de Europa; las moles de Pileñes y Peña Ten; el Abedular junto al puerto de Tarna; el Espigüete y la Montaña Palentina; el macizo de Mampodre al fondo y, más cerca, hacia el suroeste, tras la Sierra de Pries, la Rapaona, la Peña del Viento, el Cascayón…


Regresaremos a Bezanes caminando por la pista que subimos en vehículo. En suave descenso, nos brindará la posibilidad de disfrutar con la vista del profundo Valle de la Trapa bajo la sierra Furcada, destacando por detrás la Sierra de la Canalina y a nuestra espalda los picos más altos de Redes envueltos por las nubes.



Este recorrido de 16,6 km nos ha llevado siete horas, salvando un desnivel ascendente de 687 m y 1.265 m de cómodo descenso.





De vuelta a Soto de Agues nos detenemos en la cueva Deboyu, la cavidad de unos 200 metros horadada por el río Nalón muy cerca de Campo de Caso.

La última ruta será la más ambiciosa. Hemos reservado el día con mejor visibilidad para disfrutar de las vistas panorámicas que nos va a ofrecer.

Desde Pendones comenzamos a caminar siguiendo el PR AS-65 al pico Tiatordos, pero nos desviamos hacia el arroyo de la Requiebra porque queremos subir antes al pico Maciédome. En paralelo al arroyo superamos la Foz del Congostín acompañados por las hermosas hayas que tapizan este escarpado paraje. Poco después dejamos el arroyo y subimos hacia nuestra derecha hacia el Recuenco, una pequeña braña con una fuente donde contemplar el gran Tiatordos presidiendo la belleza del entorno que nos rodea. Seguimos subiendo hasta el Collado de Llagu, donde se unen los cordales de Pendones y Ponga, con nuestro primer gran objetivo a la vista.


Subiremos al Alto de Ponga o Peña Maciédome por su cara sur, pues todavía quedan neveros que dificultan otras rutas. La panorámica desde la cumbre compensa el esfuerzo de la subida. Dominamos con la vista desde San Isidro y Tarna por el suroeste, pasando en círculo por Mampodre, Pileñes, Ten, el Parque Natural de Ponga y Picos de Europa al fondo, Tiatordos y las sierras del corazón de Redes al oeste.




Desandamos el camino hasta Llagu para buscar la cómoda senda que nos lleva por el Cordal de Ponga, bajo un bosque mixto, hacia nuestro segundo objetivo en altura.

Desde la Majada Tiatordos acometemos la subida a la cumbre situada a 1951 msnm que nos deparará una gratificación similar a la conseguida desde el Maciédome, aunque en este caso, la verticalidad de las paredes orientales del Tiatordos es un aliciente añadido a la espectacularidad de este medio montañoso.



Es necesario un esfuerzo de la voluntad para abandonar este mirador privilegiado e iniciar el camino de vuelta. Ahora descenderemos siguiendo el PR AS-65 que tomamos al comienzo de la jornada y que nos llevará de vuelta a Pendones por la Hoz de Palombar.




Hemos empleado algo más de ocho horas en completar los 20,5 km salvando un desnivel acumulado ascendente y descendente de 1.724 metros.