Busque sé en el mapa la comarca de la Sierra de Gata

Rincón del Trotamundos. 14/9/2013

En la Sierra de Gata, poblada desde la antigüedad, han crecido algunos pueblos de belleza inusual, que conservan su auténtica identidad, sin apenas haber sufrido transformaciones en su arquitectura y tradiciones de sillares de granito. Un conjunto arquitectónico, que junto con la flora, la fauna, el agradable clima y los generosos acuíferos, constituye un autentico tesoro protegido por el tiempo y el hombre que esta comarca cacereña desde milenios.

El territorio fue durante siglos refugio de órdenes militares que se repartieron la tierra y el poder. Durante la Reconquista, fue una belicosa línea fronteriza con los musulmanes que resistieron en estas tierras el avance hacia el sur de los ejércitos cristianos, como lo muestran las numerosas fortalezas de origen árabe que aún se conservan en la comarca.

Esta tierra serrana, ofrece al viajero interminables posibilidades: el encuentro con el mundo rural más auténtico, donde la naturaleza marca al hombre y a los animales que en ella habitan, el ritmo de la vida siguiendo el curso de las estaciones del año.

Recorriendo la comarca encontraremos pueblos llenos de vida, donde armoniza lo antiguo con lo moderno, predominando siempre la arquitectura tradicional serrana, de granito y madera. Su habitantes siguen trabajando la tierra que sostienen los numerosos bancales que se alinean en las laderas de las sierra y aquellas tierras más fértiles que se encuentran junto a los ríos.

La Sierra de Gata es un territorio de miradores que ofrecen amplias panorámicas de la comarca y las llanuras del bajo Alagón. Surcada por antiguos caminos vecinales y calzadas medievales, que se adentran en el corazón de los bosques que cubren la sierra, en cuyo interior, repleto de humedad y oxígeno, vive una amplia representación de la flora y la fauna mediterránea.

El territorio tiene rincones inimaginables, donde los sonidos de la naturaleza, son el único elemento que perturba el agradable caminar del viajero por esta tierra, unos sonidos que armonizan con este mundo rural, en el que la naturaleza sigue reinando sobre todo lo demás, como ocurría en el pasado.

LOS VALORES NATURALES

La Sierra de Gata, cuenta con una riqueza natural excepcional. Se trata de una pequeña red de espacios protegidos de gran interés biológico y paisajístico, que harán las delicias de los viajeros y los amantes de la naturaleza, que se acercan por este enclave del norte de Extremadura.

En 1977 todo el territorio de la comarca de Gata, fue incluido en los Espacios Naturales de Protección Especial. Y no es pura casualidad, ya que su cercanía con el Parque Natural de Malkata y su límite norte coincidiendo con el Paraje Protegido del Rebollar, ya dentro de la provincia de Salamanca, así lo aconsejaban.

La comarca de Gata, disfruta de un microclima, en su vertiente sur, pues esta se halla protegida por los grandes farallones graníticos, de los vientos fríos del norte que descienden de Castilla y La formación de profundos valles, por los que ascienden las corrientes húmedas y templadas de la cuenca del Tajo.

Si ha esto le añadimos las abundantes precipitaciones que registra la sierra durante la mayor parte del año, nos encontraremos con unas condiciones climáticas, muy propicias para que en este territorio prolifere una rica vegetación. Con especies propias de clima puramente mediterráneo, con otras más propias de zonas atlánticas que precisan de una mayor humedad para su crecimiento y reproducción.

Esta abundancia de precipitaciones, hace del agua, otro de los elementos que más han influido en el paisaje y el clima mediterráneo subhúmedo que disfruta la Sierra de Gata, más propio de latitudes más al norte de la Península Ibérica. Estas condiciones han hecho posible que en la sierra se localicen numerosas especies endémicas de flora.

Domina en el paisaje de Gata, las extensas masas de roble melojo, roble carvallo, el almez y el serbal. Asimismo, en parte del territorio, aparecen las formaciones de bosques mediterráneos, alcornoques, castaños y encinares, entremezclados con madroños, lentiscos, brezos, genistas y cornicabras.

Kais, Sierra de Gata

En los cursos fluviales de los ríos, proliferan alisos, arces, fresnos y chopos. En las gargantas más abruptas, crecen durillos, tejos, espino alba, acebos y rusco. Otras especies cubren la parte alta de la sierra donde dominan el tomillo, una amplia variedad de jaras, orégano y jaguarzos.

Sierra de Gata

En las tierras de fácil acceso, como bancales, laderas de poca pendiente y en los valles, crecen especies diferentes, incluidas las cultivadas, algunas introducidas por el hombre y otras asilvestradas: grandes repoblaciones de pino negral, el olivo, el cerezo, el nogal, el viñedo, los naranjos y la higuera.