La baldosa, el ladrillo y la teja artesanal

 

El Rincón del Trotamundos. 2/1/2012

A caballo entre la provincia de Salamanca y  Ávila, en la estepa cerealística, se encuentra agazapado, en la ladera de un cerro, el pueblo de Horcajo Medianero, una localidad silenciosa y humilde cuyos habitantes se dedican en su  mayor parte al pastoreo y a la agricultura. De entre su viviendas de planta baja, construidas de piedra y ladrillo, con techumbres de teja roja, sobresalen la iglesia parroquial y la torre de las campanas, que se alza señorial sobre el conjunto uniforme del caserío.

Cuando nos acercamos por la carretera a esta población salmantina nada hace pensar que en Horcajo se hallan funcionando dos de los pocos tejares que aún quedan en España y que siguen trabajando la baldosa, el ladrillo y la teja como hace milenios, de forma artesanal, con las manos y las herramientas tradicionales.

El ladrillo cocido es tan antiguo como las pirámides de Egipto y la Muralla China, milenarias construcciones hechas con este material y que han resistido el paso del tiempo, la erosión de los elementos y los avatares de la historia. Otros pueblos, como los árabes, emplearon el ladrillo, la baldosa y la teja en innumerables construcciones civiles y militares, edificaciones que aún perviven en la Península Ibérica.

Con estos materiales fue construida la Alhambra de Granada, una hermosa joya de la arquitectura árabe en Europa. Los Alcázares de Sevilla cuajados de bellas arcadas, el sobrio aljibe de Cáceres, los baños públicos de Ronda, la gran mezquitas de Córdoba, y los jardines y palacios de Medina Azahara sobresalen entre otras muchas construcciones de la época árabe.

La teja la emplearon los romanos en la canalización y alcantarillado del agua, que transportaban por medio de acueductos y acequias hasta  las ciudades, donde era distribuida por los canales. Otro tanto sucede con la baldosa; ésta fue utilizada por los pueblos de la antigüedad para cimentar los suelos de las viviendas, los castillos y los palacios de los nobles.

ELABORACIÓN

Llegamos a Horcajo una tarde de primavera, cuando la luz del sol en declive se colaba por entre los cerros e iluminaba de color oro los tejados y los montones de arcilla dispuesta para ser amasada. Buscamos en la parte baja del pueblo, junto al arroyo, el emplazamiento de los tejares. Nos acercamos hasta los montones de baldosas que se apilaban en una explanada y allí encontramos faenando en la mesa de trabajo (el potro de la tortura) a Gabriel Martín y a su hijo que nos recibieron afables, mientras cargaban en una carretilla el barro que acababan de amasar y se disponían a llevarlo hasta el tajo para modelar una partida de ladrillos.

Conversamos con ellos acerca de este milenario oficio que en su caso se fue trasmitiendo de generación en generación. Nos explicaron el proceso que llevan la elaboración de estos materiales, que se utilizan hoy fundamentalmente para la construcción de viviendas, el enlosado de los pisos y el decorado de fachadas e interiores de bares y chalets.

La arcilla con la que se hace el barro, hasta hace unos pocos años, se excavaba con pico y pala en los montes cercanos al pueblo y se transportaba hasta el tejar a lomos de burros o en carros. Ahora este proceso se realiza utilizando maquinaria moderna, pero se sigue amasando el barro con los pies y el azadón, como se hacía antaño.

La masa resultante se transporta hasta la mesa de trabajo y se procede, con la ayuda de un molde de madera y el cuidadoso movimiento de las manos, a dar forma  a la teja, el ladrillo macizo y la baldosa, las tres piezas de cerámica que más se trabajan en estos antiguos tejares de Horcajo. Tras un largo proceso de secado al sol, la cerámica es introducida en el horno y colocadas cuidadosamente una pieza sobre otra. Terminado este trabajo se procede al sellado y al encendido del horno; tras varios días de cocido y su posterior enfriamiento, se procede a retirar la cerámica y se apila bajo el techado del tejar, donde se guardan hasta su venta.

Gabriel nos explica con toda paciencia el proceso de elaboración completa de las tejas, la baldosa y el ladrillo: extracción de la arcillas, transporte hasta los tejares, amase del barro, modelado de la do y cocido en el horno. Mientras nos explica con detalle todo este proceso y nos cuenta mil y una historias relacionadas con el trabajo de los artesanos, no para de mover las manos y modelar el barro con el que va dando forma a las tejas; cuando la pieza está terminada la pasa, con habilidad, un trapo humedecido con agua y las alisa por encima. Su hijo, que le observa, se encarga de transportarlas hasta la explanada donde procede a retirar el molde de madera  y las deja secar al sol.

Gabriel tiene un semblante afable y su rostro, curtido por el trabajo y el viento, se esconde bajo los pliegues de una vieja gorra untada de arcilla, como su delantal y sus zapatos. Las encallecidas manos endurecidas por la arcilla y el agua se iluminan, al igual que lo hacen su vieja mesa de trabajo y el barro con el que elabora los ladrillos, durante el atardecer, cuando el sol declina su luz sobre los cerro cercanos y se esparce por los montes.

En la explanada yacen en ordenadas hileras las partidas de tejas, ladrillos y baldosas que se secan al sol, dispuestas para ser introducidas en el horno y que se tornan de color rojo y brillan con luz propia como lo hacen las hermosas piezas artesanales elaboradas con paciencia y exquisito esmero.

Para la adquisición de estas piezas de cerámica artesanal, hay que dirigirse a uno de los dos tejares que funcionan en Horcajo Medianero (Salamanca), situados en la Carretera de Piedrahita, o bien llamando al teléfono 653 11 38 66 y preguntando por Gabriel Martín.

Aventura y Ocio en la Naturaleza

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3 thoughts on “La baldosa, el ladrillo y la teja artesanal

  1. Hola buenas. Muchas gracias por su artículo. Me ha venido muy bien y lo he compartido en mi facebook, porque casualidad, he organizado un sorteo en mi blog y facebook con una de las tejas hechas de forma artesanalmente como cuentan de 1905, del tejado de mi casa que hemos recuperado pues la estamos haciendo nueva, pero hemos aprovechado las tejas. Ahora las limpiamos, las preparamos y las decooramos también artesalmente, es continuación del trabajo que ustedes comenzaron. Si quieren pueden ayudarnos a difundor nuestro sorteo e incluso apuntarse a él. Les dejo el enlace: Blog: La Casuca del Piñal
    Enlace: http://lacasucadelpinal.blogspot.com/2014/02/sorteo-la-casuca-10000-visitas.html.
    Un saludo y muchas gracias.

  2. Trabajo precioso, duro y artesanal.
    Tengo un grato recuerdo de él, mi pueblo Ceadea de Aliste (Zamora) se dedicó desde la época de los romanos a esta actividad.
    Llegó a haber 10 tejares , siendo el último el de mi padre «El tejar de Miro» que cerró en 1999.
    Gratos recuerdos de este modo de vida.

  3. Buenos dias, estoy interesada en saber el metro cuadrado de barro hecho a mano y secado al sol, y tratado .

    Así mismo que me recomiendan parra un suelo de barro natural que tengo en el exterior y se están rompiendo algunas baldosas por heladas, es en fuera de Madrid y unas partes del patio tiene manchas negruzcas

    puedo enviar fotos si me enviáis un wasb a mi numero

    671044982

    olga san martin

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