Islandia, un país de contrastes y naturaleza salvaje

 

Manuel Santervás Martín: 29-7-2011

Todo llega a su fin, y ahora viajo de vuelta a mi ciudad desde el aeropuerto de Madrid. Atrás quedan quince días de vivencias en un país de contrastes y naturaleza salvaje como es Islandia. Desde la península de Snafellness tomamos la carretera que nos llevará de vuelta a Reykiavic,  hacemos una parada rápida para ver una zona en la que nos comentan que es posible observar focas. De lejos y con el teleobjetivo conseguimos ver un buen número de ellas.

De camino a la capital del país para completar nuestro círculo, nos dan un buen susto un grupo de ovejas (con cuernos, y por todos los lados) en mitad de la carretera. Unas compras por la ciudad, un paseo y nos vamos a una de las atracciones turísticas principales: la laguna azul (blue lagoon).

La laguna azul está en una zona con un paisaje de campos de lava, y el color azulado de esta agua del mar utilizada en una planta geotérmica, dan al entorno un aspecto mágico. Hasta ahí todo bien, merece la pena verlo, pero no deja de ser una auténtica estafa lo que cuesta entrar y lo que ofrecen en relación con las otras zonas de baños termales que hemos visitado (unos 29 euros al cambio).

Si visitáis Reykiavic, creo que no merece la pena entrar en esta piscina y sí hacerlo en otras zonas que cuestan la décima parte, están menos masificadas y ofrecen más variedades acuáticas (jacuzzis, saunas, pozas calientes de distintas temperaturas).

Una cena para probar la cocina tradicional, y unas palabras con cierta nostalgia de que lo vivido se termina, ponen fin a nuestro viaje. Anochece por primera vez desde que estamos en Islandia, un lugar al que merece la pena una visita sin duda.

“Creías que era una aventura y en realidad era la vida” Joseph Cnrad

Otros reportajes del autor: Emprendemos el viaje siguiendo la costa Norte

https://www.elrincondeltrotamundos.com

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