EL CARNAVAL DE LA MONTAÑA

Texto y fotografía de Manolo Santervás Martín

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Teníamos dos planes: si se mantenía el anticiclón ir a hacer el corredor Swan a los Astazus y la norte del Perdido, si nevaba antes ir a hacer esquí de travesía al Aneto… pero no pensamos la posibilidad de que nevara durante los carnavales. El tiempo daba malo, pero hacía bueno ¿qué hacer? Nos decidimos por ir a la opción del esquí pensando que tal vez nos equivocáramos y llegamos a Benasque el viernes de noche sin saber cómo estaría todo. El sábado amaneció completamente despejado, esa noche habían caído 5 cm de nieve polvo sobre la escasa nieve que había. Desde los llanos del Hospital nos fuimos foqueando a través del circuito de esquí de fondo (por cierto, es esta una modalidad mucho menos agresiva con el medio, mas sana y por unos enclaves maravillosos, no entiendo porqué no se fomenta más). En un momento dado tenemos que abandonar la pista y comenzar a remontar por un bosque con los pinos nevados para llegar poco después al refugio de la Renclusa. Dejamos los sacos y la comida y nos vamos hacia el pico del Alba. La nieve no está demasiado mal, pero hay trozos muy duros y otros con costra (el terror de los esquiadores de montaña, una nieve con una capa dura que cede con tu peso y te deja hundido y encarrilado sin posibilidad de girar salvo saltando). Poco a poco vamos subiendo y a eso de las tres y media de la tarde decidimos volvernos pues no sabemos cómo nos desenvolveremos por estos lares…. Encontramos unas huellas que bajan hacia un collado y nos vamos tras ellas, no se baja mal mientras seguimos estas huellas, pero debemos girar a la derecha del collado y bajar hacia el refugio. Alguna caída por culpa de la costra y de modo bastante mejor de lo esperado llegamos al refugio. Mañana madrugaremos para intentar ir hacia el Aneto.

Salimos a las 7.15 pero ya somos los últimos… si aún es de noche ¿Qué prisa tiene todo el mundo? Vamos detrás de unos chicos que van sin esquís y se van hundiendo destrozando la traza, por lo que tiramos por otra traza más a la izquierda (la que va a la Maladeta). Empieza a soplar el viento, la pendiente se acentúa, y progresamos bastante rápido, ya estamos a 2700 m. De pronto comienza una tremenda ventisca… cerramos el cortavientos y continuamos. Hacen falta poner las cuchillas, a César se le suelta una de las pieles de foca y la ventisca arrecia… toca bajarnos. El frío es intenso y nos cuesta un mundo preparar botas, fijaciones y guardar las pieles para tirarnos valle abajo. El viento ha limpiado la nieve polvo y deja el hielo y la costra a la vista, por lo que es necesario andar con cuidadito y aún así caernos de vez en cuando. Cuando encontramos una buena acumulación de nieve bajamos sin problema, a las once y media estamos en el refugio de nuevo… todos se han dado la vuelta antes que nosotros por la misma ventisca. Dan que entra un temporal, así que hay que salir pitando…. Ya comienza a haber ventisca en el refugio y el cielo se cubre. Esquiar por el bosque es una delicia y cuando llegamos al coche ya caen los primeros copos…
Toda la noche está nevando en las alturas por lo que decidimos irnos a Cerler a disfrutar de la nieve polvo. 40 cm de nieve polvo hacen que te creas que esquías por cualquier sitio, pero somos conscientes de que el día anterior la costra nos mostraba nuestras limitaciones… No sé cuánto durará esta nevada, con lo del cambio climático es difícil saberlo.
y al final menos de lo esperado

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