BENASQUE, UN LUGAR DE AVENTURA
Texto y fotografía de Manolo Santervás
Benasque crece cada vez más, siempre que uno acude a este valle se encuentra con que el pueblo tiene montones de gruas y cada vez se extiende mas con nuevos chalets (al menos todos cuidan la estética con piedra y pizarra). No es de extrañar porque el lugar es un paraíso para realizar deportes de montaña, tampoco extraña que sea el lugar escogido por la escuela española de alta montaña. Para allá nos fuimos 5 días de agosto con la idea de hacer un poco de todo y con la amenaza de que el tiempo no nos dejara hacer nada.
El valle ofrece multitud de alojamientos con albergues en los pueblos cercanos y campings en el propio valle, municipal en Senarta y varios privados, nosotros escogimos el camping Aneto, a 2 km de Benasque y con buenos servicios. Nos instalamos y decidimos ir hacia el Aneto al día siguiente, escogimos ir por el valle de Coronas, mas corto que por la Renclusa aunque también más pendiente.
Hay que madrugar (como siempre en montaña) y coger el autobús que remonta el valle de Vallibierna (a las 5 sale el primero). Con los frontales tomamos la pista en dirección a Llosas y pronto giramos a la izquierda entre pinos y arroyos para subir hacia el ibonet de coronas. Desde este pequeño lago desaparece la vegetación arbórea para dejar paso a los pastizales de montaña, por ellos remontamos el valle de Coronas, ya a plena luz del día, hacia el ibón de coronas (ibón es lago en esta zona del pirineo), aquí se gira a la izquierda abandonando el sendero más marcado que va a la brecha de Llosas y por el lomo de una morrena se sube hacia el ibón superior de coronas. Desde aquí ya se ve el collado allá arriba, hasta hace pocos años desde aquí se subía por nieve, aunque este año un gigantesco pedrero a la izquierda hace posible no pisar la nieve hasta el collado (una vez más una prueba del calentamiento que estamos sufriendo). Ya en el collado de Coronas, tras una fácil trepada, un par de neveros y de nuevo pedreros… el glaciar del Aneto está moribundo…llegamos al paso de Mahoma (con su fama, pero que no ofrece verdaderas dificultades) y la cumbre… alegrías, fotos, apenas vemos nada por la niebla pero merece la pena la vista entre los claros. Alguno de mis compañeros aprende que a 3400 m hay que llevar guantes incluso en verano y que se puede pasar frío a mediados de agosto. Bajamos por el mismo camino sin mas problema que el cansancio.
Al día siguiente aprovechamos la mañana para ir a escalar a la escuela de Sacs, dos compañeros hacen la vía ferrata del mismo nombre y por la tarde nos subimos a los ibones de Batisielles y la Escarpinosa. Es un lugar mágico con lagos entre pinos rodeados de cumbres, praderas tapizadas de flores, surcadas por el tranquilo arrullo de los meandros que las cruzan, cascadas por todas partes y un camino muy bien trazado por un bosque…. Hay que ir a Batisielles si vas a Benasque.
Amanece un poco nublado al día siguiente por lo que nos vamos a los Llanos del Hospital, a la Besurta y al Forau de Aiguallut. Es un paseo tranquilo, casi llano que se hace perfectamente en 3 horas de ida y otras tantas de vuelta. A cambio se ve el inmenso valle glaciar, prados, lagunas, pinos y la espectacular cascada del Forau donde las aguas del glaciar del Aneto se sumergen en una sima para aparecer ya en el valle de Arán formando el río Garona.
El último día amanece un día espléndido por lo que nos vamos a hacer el pico de Salbaguardia. Muy recomendable, una subida trazada perfectamente desde el Hospital de Benasque a través de praderas y bosques con multitud de zetas pero con poco desnivel. La vista sobre el macizo de las Maladetas va aumentando según subimos y ya en la cresta un trazado por un sendero nos deja en este magnífico mirador. La vista, de las mejores del pirineo, es un pico muy agradecido e ideal para los que se están iniciando en la montaña.
Benasque cada vez crece más, pero es cierto que tiene de todo (alta montaña, escalada, ferratas, trekking, senderismo fácil, ascensiones sencillas, alojamientos…) al alcance de todos.
