Recordando los momentos fugaces vividos juntos en la naturaleza, en disputa o armonía, con el anhelo de conocer más sobre el mundo que nos rodea. Buscando siempre los lugares más bellos y salvajes, donde el paisaje nos hace libres y nos colma de emociones, mientras la mente cabalga sobre los sueños que despierta toda aventura.
Una mirada hacia atrás para descubrir el paso del tiempo, volar sobre aquellos atardeceres de luz transparente y de silencios rotos por el batir del mar sobre los acantilados. De aquellas noches al cielo raso, contemplando el resplandor de las estrellas que ya no están entre nosotros. Escuchando los mil y un sonidos de la naturaleza que nunca duermen y despertar al amanecer empapados de rocío, cuando la luz tibia de la mañana une la tierra y el mar en bella armonía.
Rafa Álvarez