Canadá, la sola mención de su nombre evoca naturaleza en estado puro: árboles por todas partes, bosques que se extienden hasta dónde la vista alcanza, enormes ríos que rugen formando espectaculares cascadas, lagos de aguas transparentes, cumbres que se alzan afiladas hacia el cielo, flores silvestres tapizando praderas alpinas, animales que se cruzan en tu camino… un lugar para soñar y nuestra visita de este verano sólo se puede calificar así: un sueño hecho realidad.
Cuando visitas un lugar en el que nunca has estado y buscas referencias te asalta la duda de si las imágenes que ves son un rincón especial captado con acierto por un fotógrafo, si los textos que narran las rutas son objetivos o se dejan llevar por la pasión del que siente suya esa zona. Pocas veces he regresado de un viaje con la sensación de que la realidad supera con creces lo que las imágenes o textos pueden mostrar, las expectativas eran muy altas y han venido plenamente satisfechas.
Hemos estado un mes en la zona de las Rocosas y hemos visitado los parques nacionales de Revelstoke, Glaciares, Yoho, Banff, Kootenay y Jasper, y los provinciales de Mont Assiniboine y Mont Robson. No voy a detenerme contando aventuras, sólo unas breves indicaciones para el trotamundos que se anime.
El viaje, en avión, es el bocado más grande al presupuesto… hay que buscarlo con mucha antelación y aún así no será barato. Una vez allí, lo mejor es alquilar un coche, esto sí es barato, la gasolina también, y te permite moverte por las distintas zonas. Aunque existe transporte público, no se puede llegar con él a muchas partes, las autocaravanas también son una opción.
El alojamiento: hay una red estupenda de albergues internacionales, de dos tipos: salvajes (con menos servicios y más baratos, pero en sitios alucinantes) y “normales”, también a buen precio. Los campings son muy distintos a los que te encuentras en España, zonas amplias con parcelas separadas y con una sensación de estar en pleno bosque sin que nadie te moleste y sin molestar a nadie (no lo comparemos con nuestros chiringuitos de costa con tiendas apelotonadas..), como también lo es la gestión de los espacios naturales. Hay que comprar un pase para entrar en los parques, pero una vez que entras ves que ese dinero está más que bien empleado en instalaciones, servicios, limpieza, indicaciones… es un modelo a seguir, sin duda.
La alimentación es similar a la que podamos encontrar aquí, con un par de salvedades: es más cara, sobre todo la leche, la fruta y el pescado y hay que ir preparado a cambiar de dieta en algunos aspectos, el pan por ejemplo va a ser de molde… y comprar todo en los sitios grandes, en los pequeños hay una tienda y con pocas cosas. Las compras de recuerdos son muy caras y se puede prescindir de ellos, no obstante buscando se encuentran cosas a precio asequible.
Las rutas o sendas están perfectamente indicadas, es conveniente llevar algún mapa, pero también se pueden pedir algunos sencillos en los centros de interpretación de los parques nacionales. Te vas a encontrar con mucha gente en algunos sitios, pero si madrugas te los encontrarás a la vuelta, puedes ir sólo en muchas zonas y cuando hablamos de mucha gente es muchísima menos de la que pueda haber en cualquier ruta aquí en un fin de semana.
La dificultad es nula, adecuadas para cualquier persona habituada a hacer algo de montaña, muy preparadas con puentes o troncos para vadear los ríos, limpias, preciosas… una salvedad: a veces los kilómetros están mal medidos y se te harán eternos.
La fauna, te encontrarás con ardillas, picas, marmotas, alces, elks (una especie de ciervo), castores, cabras, bighorns (un carnero con grandes cuernos), osos… y están acostumbrados a la presencia humana. Si sigues las normas que te dan, que son las del sentido común: no alimentarles, no molestarles, no acercarte demasiado…, no hay porque tener ningún problema por mucho spray antiosos, cascabeles o gaitas que te cuenten.
El tiempo, pues tiene que llover algún día para que todo esté verde, si no es imposible que sea así. Suele llover más en Glaciares y Mont. Robson que en las demás zonas. Puede nevar en verano y por la noche hace frío de verdad aún en pleno agosto en los sitios altos.
Algunas rutas para no perderse si uno visita las rocosas (por orden de prioridad):
- El lago O´Hara en Yoho NP
- Iceline en Yoho NP
- Trek del lago Berg en Mont Robson
- Beauty creek en la Columbia Icefield
- Wilcox pass en la Columbia Icefield
- Angel glacier en Jasper NP
- Assulkan Valley en Glaciers NP
Algunos lugares a los que se accede en coche que uno no debería perderse:
- Lake Luise y Moraine lake en Banff NP
- Cascada Takakaw en Yoho NP
- Lago Peyto en la Columbia Icefield
- Lagos Minewanka y Johnson en Banff NP
- Cascadas Sunwapta y Athabasca en Jasper NP
- Hoodos y Bow river en Banff NP
- Maligne lake en Jasper NP
Algunos lugares propicios para ver fauna al amanecer o al atardecer:
- Alrededores del gran hotel de Banff
- Carretera 1A entre Banff y Lake Luise
- Lagos Pirámide y Patricia en Jasper
- Carretera 93 A entre Takakaw falls y Jasper
- Carretera de Jasper a Maligne lake
Por último, la gente es acogedora, muy educada, muy respetuosa y siempre dispuesta a ayudarte. Siempre corteses, esforzándose por entenderte… te encontrarás con gente de todas
Escribía en mi cuaderno a mitad de viaje: «No sé si cuando pase el tiempo sabré valorar las maravillas que he visto y no sé si tendré la oportunidad de volver algún día, seguiré soñando que sí». Hoy estoy convencido de que algún día volveré, es un país muy grande y con mucho que mostrar al que lo visita.
todo esto es tan lindo que LO CREO DIOS TAN HERMOSO