LOS AMIGOS SALMANTINOS SE MARCHAN PARA LA CÓRDOBA CALIFAL Y DEBUTAN CON LA ELITE DE LA ESCALADA DEPORTIVA

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Jueves por la mañana, todavía con agujetas del entrenamiento del martes… Hemos quedado en la estación Eduardo (como delegado), JJ, Raquel y yo. Dos horas y media en autobús hasta Madrid y luego algo más de una hora y media en AVE hasta Córdoba. Meta de la expedición: participar en la clasificación del Campeonato Nacional Universitario de Escalada.

La impresión de la visita a Córdoba antigua: calles estrechas con mucho encanto, casa viejas, monumentos casi abandonados y un robo de 8 € por una visita a la Mezquita-Catedral. Si vas el domingo por la mañana a la hora de la misa no te cobran ni un céntimo.

Dando una vuelta vimos un cartel que decía: «Tenemos Caracoles chicos», nosotros entendimos «Tenemos Caracoles, chicos» y nos lanzamos a probar esta delicia. Allí se comen como si fueran pipas, ¡algunos bares tenían hasta barreños! Hartos de caminar cenamos en un acogedor restaurante italiano… ¡Sorpresa! ¡Susana! Una amiga que hacía tiempo que no veía en Salamanca y casualidades de la vida me la encuentro allí. El plato estrella de la noche: pasta rellena de pera con trufa ¡qué delicia!

Nos levantamos a las 7 a.m y rápido a desayunar porque la competición empezaba a las 9.30 a.m. Puntualidad salmantina, casi éramos los primeros. Las vías que allí se nos presentaban eran un 6b+ para las chicas y un 7a+ para los chicos, nivel que nunca habíamos alcanzado… Ya se notaba la tensión de la gente cuando sacaron las listas, Raquel competía en séptimo lugar de veinte chicas y JJ y yo éramos los últimos de sesenta chicos. De repente casi todo el mundo se pone los gatos y empiezan a darle al rocódromo de calentamiento. Y allí estábamos los tres con caras de bobos viendo a unos «lolos» de cuidado (que luego resultaron ser menos «lolos» y más flipados de lo que pensábamos) Tal era el nivel que Raquel casi no se atrevió a calentar. Como la competición era en modalidad a Flash le tocó abrir vía al equipador, la abrió con poco estilo (tirando mucho de fuerza, como si fuera un Campus), tanto que nadie repitió su forma de resolver el paso… Minutos después ya era el turno de Raquel, demasiado pronto para memorizar bien los pasos difíciles y la forma de resolverlos… Aún así las ganas de hacerlo bien estaban por todo lo alto, incluso sin casi entrenar (tan sólo un par de días en más de un mes) Primera chapa… parece que está bien, ¿no? Paso difícil del primer tramo… ¡Ok, y con mucho menos problemas de lo esperado! Un paso magistralmente resuelto sacando la pierna al tablón. Ahora empieza la parte desplomada… ¡Otra chapa y otra más! ¡Parece que se está quedando sin fuerzas! ¡La siguiente presa le queda un poco lejos!… Se oyen ánimos, sobre todo de la universidad de Salamanca (3 gatos), ¡¡Lánzate!! ¡¡Lánzate!! ¡¡Vamos que puedes, máquina!! Y ¡zas! ¡Ya tiene la siguiente presa :)! La falta de entrenamiento hace que no tenga continuidad cayendo en la siguiente presa… Resultado final de Raquel: 10º de 20 chicas, una presa más y hubiera estado en la final. Para el próximo año se promete una dura competidora, y según comenta entrenará un poquito más, jeje.

Un competidor, otro… Casi dos horas de espera nos habían puesto los nervios a flor de piel y habían hecho que aprendiésemos los pasos de memorieta. Competidor número 48, tocaba empezar a calentar, estirar y probar ese súper rocódromo de entrenamiento en el cual todas las presas se movían. Empezaba a dar fuerte el calor… «Que se prepare Alberto de la USAL». Ánimos, ¡»Vamos que haces top»! ¡»Que no se te olvide el brazo estirado y no te confíes cuando des el paso difícil!

Nudo de ocho bien trenzado, gatos bien limpios, manos secas con magnesio, respiración y concentración. Primera presa, parece que las presas no están muy babadas (gracias que no ha hecho mucho calor), no está muy inclinado, se ve claro que lo duro estará donde ha caído más de la mitad de la gente… Sin problemas llego al techo, ¡ahora viene lo duro! Memorizo de nuevo los pasos: cambiar pies hacia la derecha coger presa que supera el techo con la mano derecha, dejando sitio para talonear después, y lanzarse con la izquierda. ¡Zás! ¡Parece que te he tenido suerte y me he cogido bien! Poner pierna izquierda en la presa del techo, dejar espacio para la mano derecha en la presa que tiene la mano izquierda, talonear con el pie derecho donde tengo la mano derecha, juntar manos en la presa izquierda, respirar y apretar a tope para llegar a un bidedo con la mano derecha. ¡¡Argggg!! ¡¡La he cogido!! A cambio me da un tirón de vértigo. Ánimos y más ánimos, pero ya no quedan fuerzas más que para un par de presas. Se me va la pierna izquierda por no llegar a una presa muy lejana, desequilibrio y caída… Resultado: 21º de 60 chicos.

Turno de JJ… Había elegido pensar el paso duro sobre la marcha (había dos posibilidades), sin problemas hasta el techo… Mucho rato en bloqueo, ¡vamos que lo haces! Lance de mano izquierda y resbalón en la propia presa… Típico fallo que molesta porque sabes que podías haber hecho mucho más… JJ para el año que viene también las promete.

Raquel opta por marcharse para Salamanca a terminar unas prácticas de la carrera, al ver que ninguno habíamos conseguido pasar el corte. El resto nos quedamos a ver la final, ¡que casi es el final de nuestras vidas! Se pasó todo el rato lloviendo y cuando hizo un poco de sol decidieron celebrarla aunque estuviese un poco mojado. A falta de 5 personas por competir una tormenta eléctrica nos coge… ¿Aquí no hay mucho metal? Decidimos ponernos un poco más lejos y cuando JJ me está contando una historia de un escalador que murió por un rayo en un pico… ¡¡Trompumpún!! ¡Un rayo a 100 m y una descarga eléctrica para los que llevábamos paraguas (en el brazo! ¡El último tonto! Desbandada y suspensión de la final.

El fin de semana íbamos a pasarlo en Espiel, pero como perdimos el bus nos tocó buscar alojamiento con la suerte de contar con la gente de la Universidad de La Mancha que nos dio una habitación, cena y desayuno gratis (¡muchas gracias!). Vuelta por Córdoba de noche (deja mucho que desear) y viaje a Espiel por la mañana para encontrarnos con César, Fran, Luís, Isa y su hijo Fernandito.

Espiel es una escuela increíble, tiene la mejor caliza que he tocado (en algunos sectores). Grandes paredes donde se puede elegir hacer clásica o deportiva, una vista increíble (si no miras a un sitio donde hay una cementera (creo)). La época ideal para ir son todas menos en verano, donde debe hacer muchísimo calor. El tipo predominante de escalada es sobre muros verticales donde la técnica y la continuidad entran en juego.

La gente se ve animada y César intenta una vía de 3 largos con Fran (muy guapa). Al rato se escucha unos gritos de alegría… ¡César se ha sacado un largo de dificultad a vista! Caen más vías, algunas dignas de repetir y otras con bastante grado. Con la emoción algunos comimos a las 18.30 horas. Y otra vez la protagonista «La Lluvia»… recogida para intentar más al día siguiente. Una agradable cena en Azuaga y para la cama (gracias Isa y Luís). Al día siguiente caen más vías con nivel, pero el viaje es largo y nos vamos sin escalar mucho.

Han sido unos días para no olvidar.

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Alberto Sánchez

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