LISBOA, EN EL ESTUARIO DEL TAJO
El Rincón del Trotamundos. Manuel López González. 14/4/2013
Estación Oriente
Estuvimos pasando unos días en Lisboa, y aprovechamos para conocer un poco más algunos pueblos del Alentejo interior y Extremadura a los que les teníamos ganas… El tiempo, como era de suponer, no demasiado bueno, aunque nos dejó pasear por la Baixa y el Chiado dos lugares muy interesantes, subir al Castillo por Alfama, visitar Sintra y acercarnos a la playa más cercana junto al fotogénico pueblo de Acenhas do Mar (bueno, el domingo… no nos dejó visitar la zona de Belem como nos hubiera gustado). También estuvimos en la zona de la expo, viendo el oceanário en otro día de mal tiempo (el viernes) y paseando un poco.
Como teníamos previsto, viajamos hasta Madrid donde pasamos la noche, al día siguiendo tomamos un vuelo con destino a Lisboa, el tiempo meteorológico no era bueno pero ya teníamos todo organizado y por otras zonas de la Península tampoco es que diera mucho mejor, por lo que decidimos seguir con los planes previstos y viajar hasta Lisboa y disfrutar de los encantos de esta ciudad y de sus alrededores.
Puente sobre el estuario del Tajo
El escritor José Cardoso Pires definió Lisboa como una “ciudadnave” anclada en el Tajo. De hecho, acceder a Lisboa a través del río que la abraza proporciona al viajero una de las estampas más bellas de la ciudad portuguesas.
El barrio de La Baixa fue el primer gran ejemplo de urbanismo neoclásico en Europa. Después del terremoto del año 1755, el centro de la ciudad se reconstruyó en forma de cuadrícula siguiendo criterios de simplicidad y economía. Hoy las calles rectas de la Baixa acogen numerosos edificios de organismos oficiales y algunos de los comercios más atractivos de Lisboa. La Baixa cuenta con el típico tranvía 28, cuyo itinerario es especialmente recomendable para el viajero que visita la capital lusa.
La cara más tradicional de Lisboa se corresponde a menudo con la más amable, con ese punto de sencillez y ternura que rezuma toda la ciudad. Locales donde el viajero podrá relajarse y disfrutar de un buen café acompañado de algún bolo del día, son sólo una muestra de la multitud de rincones agradables que esta ciudad ofrece a sus visitantes.
El barrio de Alfama es otro lugar que hemos de visitar en el viaje por Lisboa, y lo podemos hacer camino del Castillo disfrutando de las mansiones, frontales de azulejos, patios de vecindad tipo córralas, iglesias, faces y paisanajes de Lisboa repartidos por calles, callejones y algunas plazas. Desde el castillo se contemplan las mejores vistas de la ciudad.
Torres San Gabriel y San Rafael y Pabellón de Portugal
Muchas de las obras erigidas con motivo de la Exposición Universal de 1998 conservan hoy su protagonismo a pesar de la crisis en la vida social y cultural de Lisboa. Una de ellas es la Estación do Oriente, que se ha convertido en la estación de trenes nacionales e internacionales más importante de la ciudad.
En el famoso barrio de Chiado, antiguo centro de la vida bohémia de la ciudad portuguesa, se encuentra la plaza del Rossio, un lugar donde él viajero que visita Lisboa, aprovechará para darse un paseo y disfrutar de los encantos que ofrece este espacio. La plaza y el barrio en general, fue el lugar de reunión predilecto de los escritores y pintores de Lisboa. En la plaza se encuentra el Teatro Nacional de Doña María II y cada sábado por la mañana tiene lugar el tradicional mercado de flores. Aquí se pueden encontrar nutridas librerías y tiendas de diseño, galerías y afamados restaurantes. Los cafés suelen estar llenos de gente joven. LA arquitectura del barrio es típica de la capital portuguesa, con baldosas y ornamentos, construcciones de conocidos arquitectos portugueses.
De cara al río Tajo, allí donde las aguas del río se echan en brazos del mar, y donde las carabelas se hacían a la mar en busca de nuevas tierras, se encuentra el conocido barrio de Belém, testigo de la edad de oro portuguesas, la era de los viajes, del comercio, de las colonias y de los descubrimientos.
El regreso lo efectuamos en autobús, ello nos permitió hacer paradas intermedia en pueblos y ciudades del interior de Portugal y tambien en la comunidad extremeña. De camino nos desviamos en Évora, paseo incluido, para visitar Monsaraz (muy recomendable) e ir a dormir a Jerez de los Caballeros. El martes, nos dimos una vuelta por este bonito pueblo pacense y tras comer en Olivenza (también muy recomendable su casco histórico y una visita a su castillo, con un sorprendente museo etnológico de propina) de vuelta a casa.
Vinos de Oporto, Precios de saldo
NOTICIAS RELACIONADAS
El camino de Santiago Portugués Central
Él abrió los brazos y sintió la vida corriendo por sus venas
Buçaco, un rincón del paraíso en Portugal
El Alentejo, un paraíso natural en la costa Vicentina
Un delicioso viaje por la desembocadura del Guadiana