Javier Elcuaz del Arco
Estamos a finales de julio y los témpanos de hielo flotan apaciblemente en Iceberg Lake. Hace pocas semanas que ha empezado a fundirse el hielo que cubría el lago. Situado a 1860 metros de altitud y rodeado de imponentes montañas que proyectan su sombra muchas horas al día, el lago permanece helado la mayor parte del año. No cuesta mucho subir hasta allí.
La senda, que empieza en Many Glacier, asciende suavemente y es imposible de perder entre la espesa vegetación de bosque húmedo que cubre el valle. La ruta es una de las joyas de la corona del parque nacional de Glaciares. Situado al norte del estado de Montana, en la frontera con Canadá, el parque se prolonga en este país con el nombre de Waterton. Como hoy nos sentimos fuertes decidimos subir a comer al lago Ptarmigan. La tranquilidad del lugar invita a la siesta después de la comida, pero el día está frío y amenaza lluvia. Cuando estamos a punto de retomar la senda, aparecen repentinamente tres americanos gritando “¡grizzly, grizzly!” y tras ellos, pero mucho más calmado, aparece un enorme oso pardo que, tras mirarnos con indiferencia, continúa ascendiendo tranquilamente por el sendero en busca de los prados alpinos donde encuentra su alimento. Nosotros salimos al camino, pero en dirección contraria. Los osos de las Rocosas no se comportan agresivamente si mantienes las distancias. No tendremos más encuentros con osos, pero sí que veremos alces, ciervos, cabras de montaña, marmotas, ardillas, …
Los días siguientes recorreremos la carretera Going-To-The-Sun que atraviesa el parque de este a oeste proporcionando unas vistas de ensueño de lagos, cascadas, glaciares, picos y valles. También disfrutaremos con las hermosas panorámicas de la subida al lago Grinnel, también parcialmente cubierto de hielo pero mucho más grande que el Iceberg.
Nuestro viaje continúa con el paso rápido de la frontera con Canadá. El único trámite es la devolución del visado que los agentes americanos nos habían grapado en el pasaporte. En Waterton encontraremos un tiempo soleado y caluroso. La zona de acampada de Waterton Village es una de las mejor acondicionadas que hemos conocido; a un lado tienes uno de los inmensos lagos de este parque y al otro la ciudad de servicios con un restaurante que sirve un abundante y riquísimo estofado de bisonte. Una de las rutas obligadas en este parque es la subida a Crypt Lake. Aunque el lago sabe a poco después de los que hemos visto en Glaciares, la ruta es muy entretenida. Tienes que atravesar en barco un lago escuchando la entretenida explicación y las recomendaciones que nos hace el piloto, cruzar pasos aéreos asegurados con cable y hasta pasas por un túnel cavado en la roca.
Entre las muchas rutas señalizadas en este parque es muy recomendable la travesía desde el lago Cameron hasta Waterton Village. Un servicio de lanzaderas, con explicación incluida, te sube al punto de partida, y desde allí, y siempre en cómodo descenso, vas recorriendo una serie de lugares tan hermosos que no sabrías con cuál quedarte.
¿Cuántas veces hemos oído hablar de la “magia de las Rocosas”? Tantas que la frase se ha quedado vacía y ya nos suena a reclamo publicitario. Sin embargo, recorriendo sus valles tan frondosos que no puedes caminar fuera de las sendas; bordeando los lagos que reflejan como espejos las montañas coronadas de nieve o alcanzando alguna cumbre desde donde la sucesión de valles, montañas, lagos y bosques se pierde hasta el horizonte, tienes ocasión de disfrutar de la magia que emana de estas montañas.
Increibles fotografías !!!