La montaña viva

Una escritora un tanto atípica que tras escribir tres novela de gran éxito dejo la escritura y se dedicó a caminar y a subir montañas por el norte de Escocia. Al cabo de más  de una década reanudo la escritura y escribió una obra sobre los diez años pasados recorriendo la cordillera de los Cairngorms, un territorio de clima extremadamente polar y inhóspito.

La montaña viva

El Rincón del Trotamundos.

Se trata de un volumen rebosarte de vida, optimismo, muerte silenciosa, esencia de cuerpo y tacto, mitad historia natural acumulada por los años pasados en contacto con la naturaleza, y mitad meditación filosófica sobre el mundo y sobre nuestro propio ser, que recorre paisajes exteriores y gélidas que quizás nunca hemos de volver a ver y otros mucho más interiores y espirituales que se adentran en nuestros sentimientos.

ESCOCIA

Resulta difícil imaginar otro título para este libro que el que tiene, porque la idea de una montaña viva, difícilmente abarcable en su totalidad pero cuya compañía resulta extraordinariamente satisfactoria, con sus peligros, sus alegrías, sus cambios de humor y sus facetas ocultas, es precisamente la que se perdura tras la lectura. Uno puede no recordar detalles, especialmente le resultará fácil olvidar algunos toponímicos escoceses que de tan verbalmente inaccesibles resultan indigestos, aunque atractivos, pero difícilmente olvidará las sensaciones que transmite Nan Shepherd de su relación con la montaña, con los Cairngorms.

ESCOCIA

Dicen que la mirada con la que la autora nos hace ver la montaña es diferente, femenina, concluyen, porque para ella la montaña no es una competición, aunque sea un reto. No se trata de una montañera obsesionada con la cumbre sino con el camino, con observar cada detalle en cada paseo, cada época del año, cada ser vivo, cada cosa que cambia y cada una de las que permanecen, lo que se ve y lo que se siente.

Si eso es la mirada femenina a la montaña, bienvenida sea, me declaro admirador de la misma y en cierta medida incluso me siento afortunado por tener una parecida, salvando las distancias, porque la capacidad de observación que muestra Nan Shepherd en la La montaña viva no está al alcance de cualquiera. Creo que la propia estructura del libro puede dar una idea fiel de hasta qué punto es profunda esa mirada.

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