Yo sí estuve en Granada: ruta por los miradores

Granada es una ciudad emblemática, multicultural y multirracial, que atrapa al visitante nada más poner pie en alguna de sus calles. Es una ciudad que nos cautiva, tanto si llueve como si hace sol, incluso en aquellos días de invierno en los que la nieve baja de la montaña y cubre con su blanco manto los hermosos monumentos, parques y jardines de esta milenaria ciudad.

Mirador Silla del Moro-Granada

El Rincón del Trotamundos. Rafa Álvarez

Yo sí estuve en Granada para empaparme de sus paisajes, de su gente, de los acordes de sus músicos callejeros, de sus hermosos atardeceres, de sus luces y de sus sombras. Compartí maravillosos momentos deambulando por las calles, observando rincones y recuerdos de aquellos que un día pasaron por esta ciudad dejando sus imborrables huellas. Lo hice por el día, durante la noche y en los amaneceres cuando las luces se adentran en las estrechas calles y plazas iluminando sus históricos monumentos y penetrando en los rincones más ocultos y profundos de esta maravillosa ciudad levantada a los pies de la montaña.

Granada inédita

Granada posee infinidad de miradores dentro y fuera de su urbe, desde los cuales se tiene una perspectiva distinta del trazado urbano, del lugar que ocupan en el interior de ese mosaico arquitectónico sus emblemáticos monumentos, y el marco natural y paisajístico en el que se halla enmarcada la ciudad de Granada, el último reino árabe de la Península Iberica. Un marco natural poco común y que apenas podemos observar cuando nos adentramos en sus abigarradas calles, y nos dejamos llevar por la marea humana que llena estos espacios públicos.

Minarete de Santa Ana la Real-Granada

Antes de emprender una ruta por esos miradores, o incluso durante, podemos hacer un recorrido por alguno de los barrios más típicos  de la ciudad para conocer su historia, ilustrarnos con sus monumentos y disfrutar del ambiente que ofrece la ciudad a cualquier hora del día y de la noche. Incluso, podemos contratar alguna otra actividad de turismo de aventura por la provincia o en la misma ciudad. Una ruta por Sierra Nevada, pasar unos momentos de relax en un baño árabe, o buscar un cómodo alojamiento que disponga de todos los servicios.

LOS MIRADORES DE GRANADA

Mirador de San Nicolás-Granada

San Nicolás: es el más conocido y afamado de los miradores de Granada. Se halla situado en el barrio del Albaycín, en este lugar será difícil abstraerse del ambiente multirracial y multicultural de la gente que lo visita a todas horas. Si logramos encontrar ese momento de silencio absoluto y de concentración, como yo lo encontré algún día de Navidad y Año Nuevo, este es el mejor lugar de Granada para viajar en el tiempo con nuestros sentidos al interior de la Alhambra y penetrar en el pasado de este extraordinario monumento, para sumergirse en los reales palacios nazaríes, y empaparse de su riqueza cultural y arquitectónica.  De esta forma podremos intuir mejor ese tiempo pasado, la filosofía de sus moradores, su forma de vivir y de pensar, y hasta de sus quehaceres cortesanos.

Mirador de San Nicolás-Granada

Desde San Nicolás, se obtiene un cuadro realista del conjunto palaciego de la Alhambra y del marco natural donde se halla enclavado este monumento Patrimonio de la Humanidad, sobre cuyo fondo se levanta la gran muralla de Sierra Nevada, lo que acrecienta más si cabe la belleza de este conjunto arquitectónico levantado por el hombre hace más de mil años.

Mirador de San Nicolás-Granada

El mirador es también, un lugar armónico de razas y culturas provenientes de todos los rincones del planeta, donde en un pequeño espacio se hablan más idiomas que en cualquier otro lugar del Mundo.

Mirador de San Miguel Alto-Granada

San Miguel Alto: es el más elevado de los miradores que tiene Granada, se encuentra en la terraza de la ermita del mismo nombre, justo en el límite de las murallas que protegían el barrio del Albaycín y las cuevas del Sacromonte. Aunque el entorno donde se halla enclavado este mirador se encuentra bastante deteriorado por el abandono y la basura, las perspectivas que se tiene de la Alhambra, el barrio del Albaycín y Granada son únicas.

Mirador de San Miguel Alto-Granada

Este es para mí uno de los lugares que más huella han dejado durante mi estancia en Granada, si bien es cierto que en este mirador he pasado largas horas contemplando como las luces del atardecer pintaban de color naranja la ciudad y las cumbres borrascosas de Sierra Nevada que en algunos casos yacieran cubiertas por nubarrones que hacían como un inmenso telón de fondo de la Alhambra. Mientras contemplaba esta maravillosa estampa, las sombras de la tarde se adentraban lentamente en la ciudad y daban paso al encendido urbano transformando la urbe, y sus monumentos, en una pintura nocturna llena de matices y colores incandescentes.

Mirador Silla del Moro-Granada

La Silla del Moro: es otro de mis miradores preferidos. Se encuentra por encima del conjunto monumental de la Alhambra, el Generalife y sus jardines rodeado de pinos. Ni que decir tiene que además de las vistas del monumento árabe, las panorámicas que se tienen de Granada, desde este mirador, son fantásticas. Es uno de los lugares al que no suele acudir mucha gente al estar un poco apartado quizas por eso el lugar sea más atractivo.

Mirador Silla del Moro-Granada

Esta particularidad es determinante para poder meditar largamente en soledad, sentado en alguno de los bancos que hay en los jardines, sobre la ciudad de Granada, y cómo el paso del tiempo deja huellas profundas que transforman nuestro entorno sin que apenas nos demos cuenta.

Mirador Silla del Moro-Granada

Si te gusta la fotografía de los atardeceres, como es mi caso, la Silla del Moro es un lugar ideal para tomar fotografías de ese momento mágico que ofrece el transito del día a la noche, de la luz naranja a la luz artificial. Pues aunque por la tarde noche el mirador está cerrado al ser un monumento, desde los alrededores también se pueden tomar fotografías interesantes, al tiempo que contemplamos a nuestros pies la iluminación de la Alhambra y la ciudad de Granada que se extiende por la vega del Geníl.

Mirador La Churra-Granada

La Churra: este mirador se encuentra al final de la calle Almanzora Alta, en la parte baja de la ciudad, enmarcado entre el río Darro y las torres de la Alcazaba, ya metido en la parte urbana. Debido a su bajo emplazamiento, cerca de la Carrera del Darro y el paseo de Los Tristes, este mirador tiene una perspectiva muy particular, o al menos diferente de la que se obtiene desde otros miradores más altos, del barrio del Albaycín, y del curso del río Darro a su paso por esta parte de la ciudad.

Mirador La Churra-Granada

Es un mirador muy poco frecuentado, esto es lo que me ha permitido, cuando yo he visitado el lugar, disfrutar durante largas horas de la singular panorámica de esta parte de Granada. Este mirador es mejor visitarlo a primeras horas de la mañana cuando la luz oblicua se adentra por el curso del río Darro y el Sacromonte iluminando el barrio del Albaycín, la zona central de la Catedral, Plaza Nueva y el minarete árabe de la Iglesia de Santa Ana.

Mirador Baranco del Abogado-Granada

Barranco del Abogado: este mirador está situado en las afueras de Granada, relativamente cerca de la Alhambra y del cementerio. Quizás por estar tan alejado del centro de la ciudad la panorámica de conjunto que se tiene de Granada, de la vega del Genil y de Sierra Nevada, incluso de Sierra Elvira, sean de las más completas y trepidantes que yo conozco. Horas enteras he pasado en este mirador contemplando los cambios de luces que tienen lugar, tanto al amanecer como a la puesta de sol, con nubes y sin nubes, y hasta con rayos y truenos. Es el mejor lugar para conocer la ciudad de Granada y su evolución en el tiempo. Incluso de noche, estar en este sitio es un auténtico regalo para los sentidos.

Miradror Barranco del Abogado-Grnada

Todas las estaciones del año son buenas para venir hasta este mirador y disfrutar de sus vistas, pero yo recomiendo el otoño y el invierno, y sobretodo, aquellos días en los que la atmósfera está limpia y suele coincidir con el paso de las borrascas que barren la Península y dejan limpio el ambiente. En esos días, además de la ciudad de Granada, se puede ver con toda nitidez toda la vega del Genil, las sierras colindantes y los pueblos que surgen por doquier en la vega.

Mirador Plaza Santa Isabel la Real-Grnada

Plaza Santa Isabel la Real: este miradorse halla situado en una plaza de reciente construcción, pues debajo se encuentra un aparcamiento, y es conocido entre los granadinos por el sobrenombre de Huerto del Carlos. Junto a la plaza se halla el monasterio de Santa Isabel la Real fundado en 1501. Al estar la plaza elevada sobre las calles y casas adyacentes, el mirador ofrece una espectacular panorámica de los volúmenes arquitectónicos de la Alcazaba y la Alhambra, y una mayor perspectiva de las cumbres de Sierra Nevada, lo que hacen de este lugar la antesala del mismísimo cielo.

Mirador plaza Santa Isabel La Real-Grnada

Este mirador goza además de una particularidad, pues apenas es visitado por el turismo de masas que prefiere el mirador cercano de San Nicolás. Además es un lugar espacioso, tranquilo, silencioso, con jardines, columpios, bancos y buen ambiente. La mejor hora para visitar este sitio, es por la tarde noche, siempre hay buen rollo, de músicos callejeros, solos o en grupo, o intérpretes haciendo sonar algún instrumento.

Mirador Plaza Santa Isabel la Real-Granada

Creo que este es el mejor lugar que he encontrado en toda la ciudad de Granada. En este sitio, relativamente pequeño per inmenso en sus panorámicas, uno puede soñar con las cosas más fantásticas de la vida; amar, llorar, reír, escuchar música de otros continentes, contemplar danzas africanas, disfrutar con las canciones árabes, deleitarse con un bello recital de poesía, y hasta embelesarse con una sencilla obra de teatro en la que solo participa el actor principal y su mascota.

Jardines del Palacio Nazarí de los Infantes-Granada

Jardines del Palacio Nazarí de los Infantes: este mirador se encuentra en el interior del Parador Nacional de Granada, en sus días Convento de San Francisco, levantado tras la toma de Granada en lo que fue el Palacio Nazarí de los Infantes, aposento de Los Reyes Católicos durante su estancia en esta ciudad.

Jardines del Palacio Nazarí de los Infantes-Granada

Aparte del edificio y su larga historia, en los jardines del actual parador, damos por terminado nuestro recorrido por algunos, no todos, los miradores de la ciudad de Granada. Sentados en alguno de los bancos que hay junto a los setos, bajo los frondosos magnolios, los centenarios cipreses y otros árboles ornamentales, o tal vez sentados en torno alguna mesa de las que encontramos en el jardín tomando un té moro.

Jardines del Palacio Nazarí de los Infantes-Granada

Este mirador es un lugar muy espacial al que he acudido en muchas ocasiones con amigos, conocidos y viajeros casuales. Pienso que el espacio que ocupa este mirador está lleno de sensual belleza y de soledad que rebosa de lirismo, sumergiendo al visitante en una profunda relajación que se acrecienta por la fragancia que esparcen las flores y las plantas aromáticas que crecen exuberantes en este recóndito lugar.

Mirador Jardines del Palacio Nazarí de los Infantes-Granada

Además este jardín ofrece excepcionales vistas de la Alhambra y sus jardines, las torres de las murallas nazaríes y los jardines del Generalife, como telón de fondo, junto con el barrio, siempre en cuesta, del Sacromonte con sus cuevas horadando la montaña.

Capilla Real-Granada

Creo que los miradores de Granada no son lugares sagrados donde haya tenido lugar algún tipo de culto en la antigüedad, pero para mí como si lo fueran. En estos lugares, especialmente aquellos en los que no hay mucha gente, he reflexionado sobre la obra del hombre a través de los siglos y las maravillas que la naturaleza ha creado en esta ciudad y su entorno, habiendo percibido, como en ningún otro lugar, el inexorable paso del tiempo.

Pintor en el Mirador de San Miguel Alto-Granada

Estos miradores, no son lugares donde llegar, sacar la fotografía y marcharse, son lugares para quedarse durante horas y disfrutar de los acontecimientos que tienen lugar durante nuestra presencia, reflexionando en voz alta o para el interior de uno mismo, sobre la filosofía de la vida y de los sucesos históricos que nos han precedido en el tiempo y que han configurando lo que tenemos delante de nuestros ojos.

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