Mi aventura por Miami

El Rincón del Trotamundos

En mi visita por Miami fue poco lo que recorrí sin embargo aproveche el consejo que me habían dado de rentar un coche para disfrutar mejor de la ciudad sin tener que estar preocupándome constantemente por el costo del taxímetro o de la hora mientras esperaba un autobús.

Mi intención era disfrutar del viaje y junto a 4 amigas nos decidimos en aprovechar ese par de días libres que teníamos de vacaciones y partir a la tan popular ciudad del sol. La reserva del coche y del hotel la hicimos por una página que encontramos, el servicio fue excelente y pudimos comunicarnos vía telefónica con un asesor de ventas para dar con un coche espacioso y económico que incluyera seguro de viajes y GPS. Al ser nuevas en la ciudad no queríamos andar perdiendo tiempo tratando de llegar a un lugar específico, por lo que la mejor inversión del viaje fue ese GPS.

El coche lo retiramos en el aeropuerto y de allí nos fuimos a un hotel ubicado por South Beach para no tener que conducir tanto al movernos de un lugar a otro.

Una vez que nos registramos en el hotel y dejamos las maletas en la habitación decidimos aprovechar la tarde visitando uno de los puntos turísticos más destacados, el cual es llamado como Coral Gables Castle, un castillo sin duda peculiar con una asombrosa historia que te hace pensar en el amor que le debió tener su creador a la ex novia que decidió hacer ese grandioso lugar único y exclusivo.

Luego de allí nos fuimos a comer por Ocean Drive en donde encontramos muchos restaurantes frente al mar, todos con comida deliciosa por lo que decidirnos por uno solo fue la tarea más difícil de la noche. Al terminar de cenar notamos que había otros locales que con una buena música empezaban a convertirse en un lugar ideal para beber un par de tragos y bailar así que fuimos por ellos y nos quedamos un buen rato.

Al día siguiente tomamos el coche y nos fuimos directo a cayo hueso en donde disfrutamos de la playa y sus adyacentes como el faro de cayo hueso y la casa de Hemingway, un lugar ideal para visualizar la arquitectura de los años 30 en donde se construyó una de las primeras piscinas de Estados Unidos y que hoy en día ofrece un atractivo gatuno al albergar en sus espacios unos 50 gatitos polidáctilos con patitas de 6 dedos.

Ya de regreso nos dimos una vuelta por Little Havanna y la Bahía Vizcaina y culminamos por Coconut Grove en donde encontramos otra variedad de restaurantes esta vez mas del estilo universitario y fiestero como el que andábamos buscando, allí estuvimos casi hasta el amanecer y nos regresamos a dar una buena siesta en el hotel.

En la mañana decidimos descansar un poco en la orilla de la refrescante piscina que tenía el hotel mientras coordinábamos nuestro próximo recorrido, cabe destacar que un viaje de 4 chicas con gustos similares pero con otros intereses no es tan fácil como parece. Una quería ir a la galería de arte, otra dar un recorrido por la casa de los famosos, otra de compras y yo con ganas de acercarme a los Everglades, así que llegamos a un acuerdo entre todas y partimos a los Everglades para aprovecharlo un rato y las compras las haríamos de noche ya que descubrimos que los centros comerciales permanecen abiertos hasta tarde.

Ya de regreso nos quedaba tan solo la mitad de un día para aprovecharlo por lo que nos fuimos a recorrer por el Lincoln Road y terminar de comprar otras cositas que estaban en oferta y que no podíamos dejar atrás. Listo esto regresamos al hotel, empacamos y nos fuimos al aeropuerto en donde pudimos entregar el coche y retirarnos a la espera del abordaje del avión de regreso a casa.

Como experiencia de mi viaje debo mencionar que fue una gran aventura con mis amigas que nos unió más y de donde nos llevamos uno de los mejores recuerdos de nuestra vida.

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