Formentera interior
El Rincón del Trotamundos. Kike Serrano
La visita por unos días a Formentera se me presentó como una especie de provocación. Una isla pequeñita, llena de extraordinarias playas, de agua caliente, y con lo poco que soy yo, a dedicar todo el día a los placeres del “vuelta y vuelta” al sol, con algún remojón intermedio.
Pero la isla está cosida por 32 caminos, asfaltados o de tierra, allí llamados “Rutas Verdes”, para andar o para bici, y hacia ellos me aventuré.
Can Marroig, a la que se llega bordeando el Estany des Peix, abarca el noroeste de la isla, de Punta Pedrera a Punta de la Gavina; observarás acantilados rectos de roca caliza, terreno agreste y rocoso en donde antiguamente servía como cantera de piedra para las construcciones. Encontrarás alguna piscina natural y la Torre de la Gavina. Aquí verás los mejores atardeceres de la isla.
Cap de Barbaría. Desde Can Marroig por la ruta que atraviesa Porto-salé, la 3 que termina en Cala Saona, con su avaradero y Punta Rasa. Después coger la ruta 9, que nos conectará con la 8 hasta el cabo y el faro de Barbaría, famoso por la película de Julio Medem. Nos volvemos por la ruta 11 con la Torre des Garroveret al borde del precipicio y restos arqueológicos no muy bien conservados hasta llegar a los bosques de sabinas de Es Mal Pas.
En el otro extremo está La Mola, la “montaña” de la isla, a la que llegamos por el Camín Vell de la Mola, conectamos un trecho con la carretera y a la altura de Es Caló subimos por el camino romano. Sí, camino romano que fue el camino antiguo para subir al pueblo del Pilar de la Mola, el Camin de Sa Pujada. Muy exigente, será difícil subirlo en bici, además de por las vistas que nos ofrece que nos obligan a pararnos cada poco tiempo. En esta zona, discurriendo por viñedos y grandes acantilados, llegaremos al Far de la Mola.
Zonas hay muchas más, todas accesibles desde la ruta 15, ya que parten de ella como espinas de pez , por ejemplo Sa punta Prima y la Torre de defensa de Sa Punta Prima; la Torre des Pi des Catalá, recientemente reformada; las higueras con sus características “muletas”, las escurridizas y endémicas sagartanes, varaderos escondidos, los Molins de Sa Miranda, molinos harineros. Y también playas, pero esas ya las conocéis.