El Rincón del Trotamundos. Jose Ignacio Idígoras Santos. 14/5/2014
En un apartado y despoblado rincón del Alentejo, fronterizo con España, se sitúa este singular paraje. Desde la cima de un promontorio, un viejo castillo medieval domina un paisaje de monte mediterráneo virgen.
Rodeado por agua a ambos lados: de un lado a Ribeira de Múrtega (Río Murtigas) y del otro, el Río Ardila. En este punto confluyen ambos cauces de agua. El Ardila se encargará de llevarlas al Guadina. Aguas limpias y transparentes donde nada la nutria, a la que no le faltan peces para alimentarse.
Las vistas de los cauces de ambos ríos, al pie del castillo, son fenomenales. Por sus cielos merodean tanto la esquiva cigüeña negra como el águila real.
El castillo fue terminado de construir en 1308. A la imponente fortaleza se une el hecho de estar defendido por una barrera natural de primer orden. No creo que fuese cosa sencilla intentar tomarlo.
Dentro de él, uma capela (Nossa Senhora do Desterro).
Los paseos a pie, o en bicicleta, por este entorno, son más que recomendables. A un generoso entorno natural se unen algunos molinos de agua ribereños y choças de pastores, de piedra y techo de ramas de jara, herederas de los primigenios castros celtas.
Desde este privilegiado mirador podemos ver, a lo lejos, la población fronteriza de Barrancos.
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