Vuelo directo, Lisboa-Madeira (y III)
El Rincón del Trotamundos. José Luis Pina. 19/8/2013
También subimos al pico Ruivo, el más alto de la isla con unas vistas impresionantes y al igual que el día anterior, lleno de escalones. Cuando la cosa se complica, taladran la montaña y te hacen un estrecho túnel para pasar a otro lado. Pero no todo fue aventura. Tuvimos tiempo de darnos algún bañito en la playa, pasear por las empinadas calles de Funchal, visitar pueblo encantadores como Santana y apreciar su sabrosa gastronomía.
Tambien no dió tiempo de hacer un viajecito en catamarán para ver saltar a los delfines y poder ver el que dicen que es el segundo acantilado más alto de Europa; el Cabo Girao, con 582 mts. de caída en vertical desde su mirador de cristal hasta el mar.
Para acabar, nos deleitamos don su sabrosa gastronomía dedicada a la pesca principalmente. Lo típico es comer la Espada, que está buena de cualquier manera. Tambien la carne es apetitosa y la hacen a la brasa, cocinada, con verduritas, etc. Los madeirenses son buenos pasteleros, por lo que es pecado pasar por delante de una «Pastelara» y no entrar a probar sus sabrosos dulces.
Y por último, es agradable sentarse por la noche en una terraza para escuchar un poco de música en la calle y saborear sus apetitosos Mojitos í Caipirinhas. Por cierto, si alguien va por Funchal, que no deje de visitar alguno de los restaurante de la zona, en relación calidad precio, están muy bien. Se come bien y barato.
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