Valle de Chamonix, senderismo bajo Mont Blanc


El Rincón del Trotamundos. Javier Elcuaz del Arco. 24/8/2012

El sol da a los colores de Alpes la calidad necesaria para que los glaciares, agujas, crestas, bosques, prados, flores y corrientes de agua se conviertan en un continuo disfrute de los sentidos. Pero la complicada meteorología de la zona produce una sucesión de frentes lluviosos, fenómenos tormentosos y periodos de estabilidad anticiclónica que obligan a adaptar nuestros planes de visita a las circunstancias del momento.

Cuando el sol brilla generosamente, anima a recorrer los senderos desde donde contemplar tanta belleza como la que acumula el valle de Chamonix. Uno de estos recorridos, el Grand Balcon Sud, permite disfrutar una panorámica difícilmente igualable en cualquier otro sistema montañoso del mundo. Al oeste se levanta el macizo de Mont Blanc; comenzando en la Aiguille du Goûter, la sucesión de blancas cumbres pasa por la Dôme du Goûter antes de alcanzar los 4.807 metros del gigante y desciende progresivamente en Mont Maudit y Mont Blanc du Tacul.

La blancura de los glaciares derramándose por las enormes laderas dominadas por el verde intenso de los frescos herbazales y bosques de abetos y abedules, contrastando con el azul del cielo, cautiva la mirada con tanta fuerza que pone a prueba la voluntad para continuar con la ruta.

La vertiginosa verticalidad de las sucesivas Aiguilles de Chamonix, que superan los tres mil metros de altitud, es la transición con los tres valles glaciares que componen el resto de nuestra impresionante panorámica. Discurriendo por sus respectivos valles, los glaciares Mer de Glace, Argentiere y Tour se dirigen perpendicularmente al valle principal incapaces de alcanzarlo por la, cada vez más, acelerada fusión de sus hielos.

Las frías y blancas corrientes producto del deshielo, hacen del Arve un río bravo y estruendoso antes de ser represado en Les Houches.

Es recomendable salir de la ruta señalada para alcanzar el lago Cornu y los lagos Noirs. Compensa el esfuerzo suplementario para disfrutar caminando sobre la roca viva, al otro lado de la vertiente inicial, contemplando una panorámica de ocres y verdes proporcionada por los montes de menor altitud que se extienden hacia el norte. Otro aliciente de esta ruta es el lago Blanc. El edificio del refugio-chalet se integra perfectamente con el entorno y el conjunto proporciona una bellísima vista con las blancas cumbres cerrando el horizonte.

La ruta se puede terminar descendiendo hasta Argentiere o prolongándola hasta el col de Montets. El transporte público del valle, gratuito para los que se alojan en el mismo, nos facilitará el regreso, siempre que nos adecuemos a sus horarios.

Una alternativa para los días cubiertos la encontramos en Servoz, al inicio del valle. Merece la pena pagar el precio del billete para recorrer la garganta de la Diosaz. Los continuos saltos de agua y su abundante vegetación resultan muy atractivos con la suave luz que penetra entre sus altas paredes.

Con estas mismas condiciones meteorológicas también compensa desplazarse hasta Annecy, la Venecia francesa, para pasear por sus antiguas calles y canales.

En el extremo este del valle, el refugio Albert I, a 2.702 metros de altitud, proporciona una vista inmejorable del glaciar de Tour. La senda para llegar a él parte del pueblecito de Le Tour (1.453 m.) o del segundo telesilla que también da acceso al col de Balme. Sólo en la última parte de la ruta, sobre la morrena paralela al glaciar, encontramos una fuerte subida antes de acceder al refugio. El resto es una suave pendiente dominando todo el valle de Chamonix con sus innumerables cumbres perdiéndose hacia el oeste.

Un poco más abajo de la estación intermedia del teleférico que sube a la Aiguille du Midi, en Plan de la Aiguille (2.233 m.), comienza el Grand Balcon Nord. Esta ruta discurre en paralelo a las Aiguilles Rouges al otro lado del valle. Mediante un recorrido donde solo al final encontramos un acusado desnivel, en poco más de dos horas llegaremos a La Signal (2.204). Las imponentes Aiguille de Dru y Verte dominan verticalmente y a nuestra derecha el serpenteante Mer de Glace conducirá nuestra mirada hacia las Grandes Jorasses destacando sobre en conjunto de agujas, crestas y glaciares. Estamos ante uno de los más bellos escenarios de montaña del planeta. Descendiendo trescientos metros, junto a la estación del tren de cremallera de Montenvers, encontraremos la Gallerie des Cristeaux, con su interesante colección de grandes cristales de cuarzo; el acceso a la poco respetuosa con el medio Grotte de hielo tallada en el interior del glaciar y el museo de naturaleza.

Finalmente, para completar los recorridos panorámicos sobre el valle, es muy recomendable el cómodo y corto sendero que desde col du Mont-Lachat (2.077 m.) nos conduce en suave y fresco descenso hasta Bellevue (1.794 m.) dominando todo el valle desde el oeste. El tramway du Mont Blanc tiene parada en ambos lugares y el teleférico de Les Houches termina en el segundo.

De Chamonix y Argentiere se elevan los teleféricos a la Aiguille du Midi y Grands Montets, respectivamente.  Las panorámicas que proporcionan, desde 3.842 metros el primero y 3.297 el segundo bien merecen sus elevados precios. Es aconsejable comprar el bono de remontes del valle si se va a hacer un uso frecuente de estos medios. Su precio está en función de los días de uso.

Para economizar gastos conviene buscar el alojamiento fuera de Chamonix. Les Houches resulta muy interesante en este sentido.

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