La arista suroeste del Tocllaraju, un intento fallido

 

EXPEDICIÓN ESPAÑOLA AL HUASCARÁN 2012 (IV)

El Trotamundos. Manuel Santervás Martín 14/7/2012

Preparamos las mochilas para subir, desmontamos las tiendas y con cuidado que no vuelen las cosas por el viento dejamos todo listo para salir hacia el campo morrena. El viento ha disminuido y el día parece mejorar. La subida es bastante pendiente pero vamos todos al paso que marca el grupo y avanzamos con facilidad, se nota que estamos bastante aclimatados. A 4800 metros comienza la nieve y comienza a caer nieve… nos abrigamos y avanzamos con cuidado pues vamos sobre nieve dura y un resbalón podría ser fatal.

El campo morrena es incómodo, pero está algo más protegido del viento que el campo 1 por lo que nos quedamos a 5000 m entre los bloques de piedra. Por momentos el tiempo parece mejorar y aunque hace frío con buen humor disfrutamos de la comida-cena a las 16.30 y estamos aguantando el frío desde que se va el sol hasta las 18.00 para acostarnos. Sopla el viento pero claramente mejora la situación, se ve la cumbre del Tocllaraju mil metros por encima de nosotros.

Intentamos dormir algo pero el viento, la altura, la incomodidad del suelo pedregoso e inclinado lo impiden. La noche es larga, no sabemos cómo ponernos, la tienda parece irse volando por momentos, a las 12 nos avisan que vamos a esperar que no se puede salir con estas rachas de viento de más de 70 km/h. Para empeorar la situación comienza a nevar.

Se hacen interminables las horas esperando la mejoría, que no llega, la ventisca hace que se cuelen nieve por cualquier hueco de la tienda. No sabemos ya si intentar dormir, levantarnos, qué hacer en este collado alto donde nuestras tiendas parecen querer despegar azotadas por el inclemente e incesante viento huracanado.

A las 6.30 decidimos que es mejor bajarse, la montaña seguirá ahí, ya hay varios cm de nieve acumulados y el viento ahora a ráfagas no para de soplar. Preparamos las mochilas y a las ocho nos vamos para abajo con muchísimo cuidado. La nieve está helada y con una fina capa encima, esta capa también está encima de las rocas y hay que extremar las precauciones para no resbalar.

Lejos de estar tristes, nos vamos con la conciencia de haber hecho lo correcto, intentar subir la arista suroeste del Tocllaraju en estas condiciones era poco menos que un suicidio. Llegamos al campo base a las nueve y media y descansamos hasta las doce pues decidimos bajarnos a Huaraz ese mismo día para tener más días para el Huascarán.

Hay trenes que pasan una sola vez en la vida, creo sinceramente que este no es uno de esos. El tiempo dirá si es así o no.

 

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