Aventura de gigantes en los Picos de Europa

 

Rincón del Trotamundos. Luis Romo. Manolo Santervas. 8/6/2012

La gran aventura hacia la comarca de Liébana (Picos de Europa) comenzó el sábado día dos de junio sin ningún contratiempo. Salimos a las 6:15 de la mañana y llegamos a Espinama, un emblemático y precioso lugar situado en el municipio de Camaleño (Cantabria) sin ningún contratiempo haciendo una parada rápida en Cervera de Pisuerga y en Potes para desayunar. A las 10:50 horas estábamos alojados en nuestras habitaciones.

Dicho municipio se encuentra en la cabecera del Valle de Liébana en una hondonada rodeada por montañas y por el cual desciende por sus calles el río Nevandi que se une a su vez con el río Deva.

Todos estábamos ansiosos por comenzar la ascensión al Pico Coriscao (2.236 m), es una ruta circular comenzando y terminando en el municipio de Pido. Empezamos nuestra ruta a las 11:30 siguiendo una pista de tierra cuya referencia era la quesería de dicho municipio.

El camino asciende por el valle del río Salvorón entre un bosque de robles por terreno inclinado donde las pendientes son constantes ascendiendo rápidamente la altura. La temperatura era agradable, lucía el sol y había mucha humedad.

Tuvimos que apartarnos del camino varias veces porque  bajaban al trote una manada de caballos podencos autóctonos de la zona y  una manada de vacas tudancas azuzadas por dos ganaderos, uno desde un todo terreno y otro caminando.

Después de hora y media llegamos al río Salvorón que discurre por el valle y algunos de los compañeros, que estaban sedientos, aprovecharon para coger agua.

Cruzamos el río y abandonamos la pista de tierra para ascender por la ladera  y llegamos a una cabaña donde hicimos un descanso para reponer fuerzas y compartir entre todos pequeño almuerzo (cóctel, barritas, etc…) y también aprovechamos para mirar el mapa y ver por dónde seguía la senda para llegar al Lago de Salvorón.

Cuando llegamos a dicho lago a las 13:45, el cielo estaba nublado y empezó a oscurecerse pero aun así nos hicimos las fotos y emprendimos la marcha ascendiendo por una ladera empinada hasta cumbrear la cuerda se continua la senda llaneando con una ascensión suave hasta llegar al Pico Coriscao a las 14:45 donde aprovechamos para comer, hacía mucho viento, el cielo estaba encapotado y había un mar de nubles cubriendo los valles. La visibilidad era escasa. Después de una hora comenzamos a descender perdiendo altura en dirección al puerto de San Glorió donde giramos por un valle.

La senda en algunos momentos desaparecía y la visibilidad era escasa íbamos perdiendo altura pero gracias a la experiencia de Manolo y su orientación conseguimos llegar a la pista. La pendiente esta vez era aun mayor que el camino de la mañana, el pronostico del tiempo aceptaba otra vez, lluvias a media tarde incrementado según pasaban las horas.

A las 18:00 h comenzó una cortina de fina lluvia estábamos a 6 km de Pido y tuvimos que sacar de nuestras mochilas el mejor Gore-tex para combatir este tipo de lluvia que lo llamamos “paraguas”. Después de hora y media llegamos a Pido, solo faltaba desandar los 15 minutos de camino para llegar a Espinama donde nos dimos una ducha, descansar tomando una caña y todos juntos nos fuimos a cenar. Como era pronto para acostarse y jugamos al juego de Infierno, éramos casi los mismos acompañantes que cuando el refugio de Meicin en nuestra salida a Peña Ubiña y Los Fontanes.

El domingo desayunamos a las 8:30 h y continuamos con la aventura. Ahora teníamos  otro reto, la ascensión a Peña Vieja (2.619 m), enclavada en el macizo de los Urrieles (Cantabria).

Decidimos subir en el teleférico en vez de caminar por una senda que conduce a lo alto  de la cordillera, hasta la 10:00 no abren el teleférico de Fuente De, aun así nos hicieron esperar casi 15 que falta de puntualidad. La anécdota de la subida fue estar junto a un gigantón (esloveno) que a su lado dábamos la sensación de ser enanos, su amabilidad fue inmensa lo que nos permitió hacernos alguna foto con él.

Y como venía siendo hasta ahora, se volvió a cumplir el pronóstico del tiempo sol y nubes, temperatura agradable, la ruta la iniciamos a las 10:30 h tomando la pista de la Horcadina de Cobarrobres la pista se bifurca hacia el refugio de Aliva y otro hacia el interior del macizo (refugio de Cabaña Verónica) siendo esta.

Es una pista ancha con suave pendientes y de la que me vienen grandes recuerdos puesto que hace más de 10 años que no caminaba por esta zona.

A una hora del comienzo llegamos donde la pista da una curva cerrada (La Vueltona) abandonando la pista y continuamos por un pedrero bien marcado y alternando los neveros que discurre la senda y ganamos cómodamente altura, las vista son inmejorables estamos muy cerca del Collado de la Canalona la ascensión es sumamente empinada la zona más dura ya llevamos un buen rato caminando por todo un nevero la nieve esta blanda no precisando crampones pero si piolet por fin estamos en el collado, este tramo lo hicimos en una hora observamos las cumbres Peña Vieja, Pico Santa Ana y aprovechamos para tomar un respiro hacer fotos y beber.

Solo falta la última cuesta empinada e incomoda en menos de una hora llegamos a la cima asombroso paisaje ya he olvidado la dureza del recorrido, unas fotos y en uno de los valles aparecen un mar de nubes y comenzamos el descenso en un de los collados nos detenemos para comer, por el momento solo habíamos subido nosotros vemos un grupo de personas que también subirán Peña Vieja el grupo de Eslovenos, Soledad le salta la curiosidad y le pregunta al gigantón que número calza, un 52. Su huella es excesivamente grande casi coger nuestros pies.

No hubo acuerdo para subir al Pico Santa Ana estando con el tiempo justo decidimos abandonar la subida y comenzamos el descenso por los neveros y en los últimos neveros del recorrido antes de alcanzar la pista que nos conduce al teleférico, nos permitimos hacer unas carreras con el peligro que con lleva este tipo de actividad en alta montaña.

Casi llegando al teleférico uno de los compañeros se percata que ha perdido su cámara de fotos en Peña Vieja. Así hacemos dos grupos, unos nos bajamos y otros se quedan a esperar al grupo de eslovenos por si la hubieran encontrado.

Ya estando en el hotel cambiándonos llegan los compañero que faltaban, los eslovenos han encontrado la cámara que honradez devuelve la cámara. Todos estamos cansados solo falta el viaje de regreso, el cual se hizo largo una vez llegada la noche.

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