Tras una auténtica gymkana aérea llegamos a Buenos Aires

 

El Rincón del Trotamundos. Manolo Santervas Martín. 3/1/2012

Tras una auténtica gimkana aérea llegamos a Buenos Aires y al día siguiente al Calafate, tras salir de Madrid sin saber si nos quedaríamos colgados durante una semana en Buenos Aires, cosa que no nos hubiera importado mucho ya que es una ciudad muy interesante, con mucho que ver y disfrutar.

Llegamos a Buenos Aires y tras negociaciones, enfados, broncas, súplicas y viajes en autobús por el centro de la ciudad de un aeropuerto a otro, acabamos perdiendo el vuelo por lo que tuvimos que buscar un sitio para pasar la noche, por suerte encontramos en la ciudad de Buenos Aires. Al día siguiente volamos a Ushuaia para allí coger conexión al Calafate. Otra historia para contactar con la agencia de coches de alquiler y decirles que ya estábamos, llegamos con poca gana más que de dar un paseo, tomar una cerveza local y hacer la compra. Cenamos poco, y a dormir, las pocas horas que se oculta el sol aquí esta época del año.

Madrugamos, aún no estaba puesto el desayuno, pero queremos empezar ya a ver cosas y a dejar la burocracia y los jaleos del trayecto de llegada para disfrutar de la naturaleza en estado salvaje que se presupone a esta zona del mundo. Está a una hora de coche por carretera sinuosa el Perito Moreno. Llegamos cuando aún no había casi nadie (tras pagar los 25 dólares de entrada) y disfrutamos de las pasarelas sin gente, el glaciar a la sombra por las nubes… el silencio solo roto por la caída de seracs como torres gigantes de hielo. Recorremos los balcones, la senda inferior, la senda costera norte… sale el sol y disfrutamos de otras vistas… la fama está merecida es un sitio único.

Por la tarde compras de nuevo y viaje al Chalten, está cubierto y sólo se intuyen el Fitz Roy y el cerro Torre (mañana iremos a verlos, a su campo base, si para el viento infernal que sopla hoy). Tras parar en el centro de interpretación nos recomiendan ir al mirador de piedras blancas sobre un espectacular glaciar que cae en una laguna y la cascada del chorrillo del salto. Hemos vuelto ya tarde, toca descansar, mañana tal vez veamos dos de las montañas más famosas de la Tierra.

 

Otras Aventuras del Autor publicadas en esta web: «Ascensión al Chopicalqui«

 

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