Ascensión al Chopicalqui, el que está en medio

 

Siempre nos quedará el recuerdo de que hemos estado rozando las estrellas, muy por encima de las nubes

El Trotamundos: Manuel Santervás Martín: 31-8-2011

Tras parar habiendo hecho un largo itinerario, el cuerpo parece rebelarse y decir “ahora me vas a oír…”. De vuelta en casa tras el viaje, el mío muestra todas sus quemazones, rozaduras, magulladuras… pero ninguna puede empañar el recuerdo de que hemos estado rozando las estrellas, muy por encima de las nubes, en la montaña que está en medio… en el Chopicalqui.

No parece habernos dado tiempo suficiente para descansar del trekking Huayhuash, cuando nos encontramos preparando las mochilas para ascender al Chopicalqui (6354 m) en la Cordillera Blanca. Hay que establecer el equilibrio entre llevar demasiado peso y portar lo necesario, las grietas de mis pies y el anuncio de frío importante me hacen decidirme por algo más de ropa, algo menos de comida, y la mochila grande, no entra todo en la de ataque.

Día 1 – Viaje y ascenso al campo morrena. Desayunamos en la juguería, añado un par de pasteles al ya abundante desayuno continental… acabamos rápido, hay nervios, todo está a punto y nos vamos ya. La combi pasa a recogernos a la hora acordada (raro, pues llegar tarde es la llamada “hora peruana”)… despedidas, deseos de buena suerte, ánimos…. Vamos sólo dos, nuestro compañero no se ha recuperado del proceso gastrointestinal que pilló durante el trekking.

Nos acompañan un porteador, un cocinero y nuestro guía. Hemos pedido que tanto porteador como cocinero sean nuestros anteriores compañeros en Huayhuash, excelentes profesionales, y aún más excelentes personas.

Tres horas y media a través de Caraz, Yungai y la quebrada de Llaganuco nos depositan en la llamada “curva Chopicalqui” desde la que se inicia la ascensión. Es  increíble la cantidad de peso que deben subir cocinero y porteador… Ya me parece pesada mi mochila…. El camino del primer día, sale entre un bosque de quenuales, asciende en media hora al campo base (que casi nadie suele utilizar por la cercanía a la “carretera”) y sube al filo de una morrena que sigue horizontalmente.

Al rato debemos bajar a la derecha y atravesar otra morrena terminal para ascender lateralmente a la morrena lateral izquierda del glaciar. El camino por esta morrena es bastante aéreo y hay que ir con mucho cuidadito de no tener un susto. Se sube desde 4200 a 4900 m, el horario marca de cuatro a cinco horas y lo hacemos en tres y cuarto, por lo que vamos muy contentos.

El emplazamiento para las tiendas es incómodo, en cuesta, pero con unas vistas excepcionales sobre el grupo de los nevados Huandoy, Pisco y Artensoraju. Cenamos ¡sopa, puré de verduras, patatas, trucha y melocotón! ¡Increíble!  Así llevaba de cargada su mochila nuestro cocinero. Nos vamos pronto a dormir y pasamos la noche más calurosa desde que estamos en las montañas… Huayhuash fue mucho más frío.

Día 2 – Ascenso al campo 1. Nos levantamos con el sol, pero tardará un rato en dar en nuestras tiendas y hasta entonces desayunamos y recogemos para que las seque un poco. El camino de hoy será de cuatro o cinco horas desde 4900 a 5500 m. Salimos siguiendo la morrena por bloques grandes entre los que hay algún hito.

Intentamos abordar el glaciar lo más arriba posible, siguiendo bajo un espolón rocoso, de piedra suelta y de tránsito peligroso por lo que cae, por lo que se mueve, por lo inestable… por todo…Me alegro mucho cuando tras una hora nos ponemos los crampones y entramos al glaciar.

El glaciar está muy roto y agrietado, aunque tiene buena huella, eso no te evita saltar algunas grietas de profundidad considerable y bordear algunos puentes que rezas para que aguanten unos días más. Empieza a dar el sol, y la nieve refleja todo su calor, esto se convierte en un horno…un horno blanco…Subimos a buen ritmo y a las tres horas y cuarto, estamos en la zona del campamento más baja a 5450 m. Nuestro guía prefiere montar aquí las tiendas pues dice que quizá haga viento de noche y en el collado estamos más desprotegidos.

Nos tumbamos en la tienda a descansar con un panorama increíble, pero con un calor asfixiante… casi me deshidrato… bebo más de dos litros de agua… poco a poco me recupero, pero no consigo estar a gusto. Cenamos pronto, a las cuatro y media, sopa y pasta  y a las seis nos vamos a intentar dormir… que será mucho decir.

Beber tanta agua me hace levantarme un par de veces, no consigo dormir, sopla el viento de modo incesante desde que oscurece… el frío entra por abajo, los aislantes que traemos no son gran cosa y no hago más que dar vueltas. A veces da la sensación de que la tienda va a salir volando…. Suena el despertador, son las doce y media, no hace falta… llevo rato ya despierto, no he dormido.

Día 3 – Cumbre y bajada a campo morrena. Estoy muy desanimado, con el viento que hace no se podrá subir, me quedo tumbado en el saco durante diez minutos…. Oigo a lo lejos entre el viento, el zumbido del quemador de la cocina, están preparando el desayuno… Hemos quedado a la una y me decido a vestirme a ver qué decidimos hacer.

Nos lleva más de lo que pensábamos vestirnos con toda la ropa, poner arnés, polainas, crampones, balaclava, casco, frontal…. Salgo de la tienda, el viento es menos de lo que parece dentro, se habían soltado un par de clavijas y por eso sonaba tanto, no hará más de cuarenta por hora y es a ráfagas, no continuo.

Nadie pone en duda que vamos para arriba, desayunamos (bebemos un par de tazas de té caliente), echo mate de coca en la cantimplora, y nos encordamos. Es la una y media, hace frío pero se ven todas las estrellas y partimos para arriba, poco a poco… Los primeros cien metros hasta el collado son por rampas más o menos empinadas pero que subimos a buen ritmo.

No se ha levantado aún nadie más del campo cuando lo perdemos de vista. Llegamos a una especie de anfiteatro helado de unos quince metros de altura. Hay que saltar una pequeña rimaya y subir por terreno escalonado y bastante vertical durante un tramo. Estamos en el collado, sopla el viento…. Pero no tanto… seguimos.

Comenzamos el primer tramo de la arista, es tendida y amplia, son tres pampas separadas por pequeñas estrecheces que van de los 5500 a los 5700, el ritmo baja… pero progresamos bien. Son las cuatro de la mañana, paramos a beber y comer algo, pero casi devuelvo al intentar probar bocado, mi corazón late demasiado rápido.

Desde los 5700 la cosa cambia, hay que subir tramos de pequeñas paredes de 30 o 40 m de entre 45 y 60º alternando con pasos por grietas, cornisas, travesías, aristas….nada relajada la cosa… Mis piernas parecen haber perdido la fuerza, debo dar dos pasos y respirar, dos pasos y respirar… Cada pared me hace perder el resuello y tardo en recuperarme… izquierda, derecha, piolet, respiro…..

Estamos a 6050 m y empieza a clarear, cada paso cuesta más, nos enfrentamos a 150 m continuos de rampa, de unos 50º pero sin descanso…. Las manos se me hielan de tenerlas tanto rato en alto, golpeo con un piolet, otro, paso, paso…. No pienso, sólo subo, paso, paso… Cuando llego arriba a 6200 ya da el sol… pido parar, necesito descansar, necesito pulmones nuevos o que metan más aire…

La cumbre parece estar infinitamente lejos, pero es sólo una falsa apariencia… izquierda, derecha, piolet, respiro… respiro…. Poco a poco… el último resalte son sólo seis o siete metros para esquivar la grieta del hongo cimero… ya está ahí, debo apoyarme en cada piolet en cada paso… pero ya estamos…. Hemos llegado. Son las siete y media, un mar de nubes bajo nuestros pies, el mundo se detiene por un instante.

Felicitaciones, me acuerdo de mucha gente con la que me gustaría haber compartido este momento (lo hemos soñado juntos y de algún modo han subido conmigo animándome), fotos rápidas (que salen quemadas)… hace mucho viento y frío, sigue el frío…. Hay que bajar.

La bajada es sencilla, las paredes se rapelan o te descuelgan, y para abajo todos los santos ayudan. Mi compañero tiene un problema con las botas que le aprietan y debemos ir lentos, pero bajamos y el aire empieza a ser más rico en oxígeno o el esfuerzo es menor… Llegamos a las doce al campo 1. Descansamos un rato, desmontamos y bajamos al campo morrena, es ya otra historia… las grietas ya no son tan anchas… ya estoy de nuevo con todos los sentidos al cien por cien y tardamos poco más de dos horas….

Día 4 –  Descenso del campo morrena. Tras una buena cena, hemos dormido como angelitos, reflexionamos sobre lo vivido el día anterior… desmontamos y bajamos disfrutando del paisaje antes nuestros ojos… y sin perder de vista la traicionera morrena.

Poco importa tener que esperar una hora por el taxista, o si fuimos dormidos casi todo el viaje… Ayer por un momento, entre sueños, unos simples mortales se adentraron en el cielo y tocaron una cima, hoy retornamos a la rutina diaria, sabiendo que existen otros mundos y que tal vez tengamos la suerte de volver a visitarlos.

Otros reportajes del Autor. Perú, El Trekking de Huayhuash, el final del camino

http://www.elrincondeltrotamundos.com

7 thoughts on “Ascensión al Chopicalqui, el que está en medio

  1. ¡Enhorabuena por la ascensión, el relato y las fotos! Una experiencia de superación con la que ahora disfrutarás y que aumentará tu conocimiento de la montaña y la naturaleza humana. Tu relato vibrante que acerca a lo que has vivido y el complemento de tus fantásticas fotos para acrecentar las sensaciones de la alta montaña.

  2. Con ese relato casi hemos tocado el resto la cima, ¡enhorabuena! Llevabas años queriendo esta aventura y al final se ha cumplido 😀

  3. Hola Manolo,
    Muchas gracias por el post, y enhorabuena por un pico precioso. Quizas este sea el primero de muchos mas alla de los 6000m. Enhorabuena de nuevo, y animos para el proximo.

  4. Manolo, impresionante el relato, las fotos, una pequeña anticipación a lo que nos espera en julio. Me he quedado sobrecogido. Ahora solo pienso en entrenar para estar lo más fuerte posible y resistir lo que nos espera. Dice Elizabeth que cuando su cuerpo diga, no no voy para ayá, le dirá, vamos vamos y adelante. Ella, lo que mas le impresiona, es el frío porque es muy friolera. Dice que lo interesante será la bajada, rapidito y rappelando 🙂 En fin, ya veremos que tal se nos dará. Seamos optimistas!

  5. Hola… que linda y emotiva reseña… y fotos preciosas… más que inspirador! gracias por compartirlo…

  6. Manuel, enhorabuena por la ascensión y el magnífico relato.
    Yo salgo para Perú el próximo viernes con la idea de intentar el Chopicalqui y tengo aún dudas sobre el material, concretamente sobre qué piolets llevar. ¿Me podrías aclarar lo que llevastéis vosotros? ¿Uno clásico y otro tracción? ¿ O sería suficiente uno de los llamados «polivalentes»?

    Muchas gracias y felicidades de nuevo.

  7. Hola Maruxa, yo lleve uno clásico y otro corto de tracción y es lo que te aconsejo a ti. Para las pampas vale un bastón y el clásico, para las pendientes usas los dos. Es un pico bellísimo espero que disfrutes de él.

    Saludos, y buena suerte

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.