Tres cumbres en los Ecrins

 

Manuel Santervás Martín

Ya hemos vuelto de nuestro viaje relámpago a los Alpes, sanos y salvos y habiendo disfrutado de la experiencia de modo intenso,  no creo que se pueda hacer mucho más en ocho días y el ambiente entre nosotros fue estupendo. Tanto la ida como la vuelta en coche se hacen algo pesadas porque son trece horas de conducción y aunque te vayas turnando, charlando y oyendo música uno acaba cansado y no ve la hora de llegar.

Nos alojamos el primer día en el pueblo de La Grave, pasamos cerca de puertos míticos como Alpe d´Huez, el col de Lauteret o el Galibier, que estarán de actualidad en próximas fechas con el Tour. Nuestro alojador era un guía y estaba escalando en la guja Dibonna por lo que nos dio el código por teléfono para entrar (de casualidad no acabamos en la calle), ducharnos, hacer mochila y a dormir.

El segundo día debíamos subir al refugio de L´Aigle (el águila creemos que significa), 1800 m. de desnivel y 6 horitas de nada, con la mochila cargada más de la cuenta en algún caso. El caminito empezaba bien, con un montón de zig zags pero luego se empezó a meter por pedreras, neveros, trepadas de las de no te caigas que vamos…,aristas, viras con cables y por último un trozo de glaciar para subir hasta los 3450 m donde se encuentra esta minúscula cabaña. La guarda de este refugio nos trató fenomenal, el menú de la cena sería repetido en estos días: sopa juliana, lasaña y queso con arándanos…. Pronto a dormir, que hay que desayunar a las cuatro, mañana entra un marrón por la tarde y hay que subir y bajar sin que nos pille (o eso queríamos).

El tercer día nuestro objetivo es el pico oriental de la Meije 3891 m. Son 3 horas desde el refugio y a las cinco ya estamos andando por el glaciar. El libro de alpinismo fácil sólo decía superar el escalón rocoso, pero con crampones y demás debemos asegurarnos en varios tramos para pasar más tranquilos. Llegamos a cumbre y ya empieza a entrar el frente, el resto de cordadas se han retirado antes de alcanzar las cumbres para escapar… cuando bajamos hacia el refugio comienza a nevar débilmente… se ha adelantado la previsión.

No teníamos mucha gana de pasar mojadas las aristas y trepadas del camino pero las botas agarraron mejor de lo que pensábamos y no demasiado calados llegamos al valle. Cogemos el coche y nos vamos hacia el pueblo de Pelvoux, al refugio del club alpine francés. Cenamos el menú típico (sopa, lasaña, queso) y dormimos diez horas de un tirón.

Nos toca subir al refugio de Pelvoux a 2650 m. Esta vez son sólo 3 horas y media y 1300 m de desnivel. El camino muy bien trazado gana altura con facilidad desde las inmediaciones de Allefroide. Llegamos a comer y tras la siesta pertinente, nos vamos a ver el camino del día siguiente que comienza con una trepada tras el refugio y recomiendan reconocer de día. De cenar…. lo de siempre… pronto a dormir y salimos los primeros para arriba a las cuatro.

La fila de linternas se va quedando atrás en la subida por la morrena. Atravesamos varios neveros, algunas trepadas, debo cambiar las pilas al frontal pues no veo nada, aunque a veces es mejor no ver por donde pasas. Llegamos al glaciar y comenzamos la subida al Mont Pelvoux 3943 m a través del corredor Coolidge. Este corredor de unos 500 m y 38º es ancho en su base y se va estrechando arriba.

La nieve está dura en unos lados, costra en otros, granulada en otros por lo que hay que ir con mucho cuidado. Las vistas tienen que ser espectaculares en la cumbre, pero nuevamente se cierra el día y no vemos demasiado. Bajamos con precaución, y llegamos pinteando al refugio. Comemos, barritas como no podía ser de otra forma y queso, en la bajada para de llover y llegamos secos al valle y con los pies tocaditos de tanto desnivel.

El quinto día nos vamos a la parte más concurrida del macizo al glacier blanc y refugio de Ecrins, el día amanece bien, pero prometen que empeora a medio día de nuevo, 1400 m de desnivel por un terreno muy pedregoso y abrupto, con subidas y bajadas, aunque camino muy claro. Cuando llegamos al glaciar comienza a granizar levemente, subimos encordados y el tiempo parece respetarnos.

La última subida por piedras al refugio la hacemos a toda prisa pues empieza a llover más, nos libramos por minutos de una buena ducha del cielo. Siesta, descanso, lectura, conocemos a unos pamplonicas con los que cenamos y quedamos para ir juntos al día siguiente. Rosa irá con uno de ellos solo hasta la base de la Barre y los demás uniremos el material si hiciera falta hacer algunos largos.

A las tres y media de la mañana el buen tiempo prometido no ha llegado y salimos granizando, nadie se había decidido pero confiamos en que acierten y esto mejore, las piedras cubiertas de granizo no resbalan demasiado. A las cuatro estamos en el glaciar encordados y tiramos Roberto, Rosa y yo para arriba a buen ritmo y con la esperanza de que los pamplonicas nos sigan cerca. No vemos a nadie detrás, para de granizar, mejora algo el tiempo aunque se ven relámpagos en la oscuridad y algún trueno en el valle cercano.

Llegamos a las cinco y media a la base de los seracs de la barre. Nos toca esperar más de media hora por los pamplonicas, pasan varias cordadas por delante, de hecho los navarricos llegan los penúltimos. Rosa se baja con uno de ellos y el resto tiramos hacia la Barre con poca esperanza de poder subirla tras las precipitaciones caídas. El tiempo ya clarea algo así que salimos rápido hacia arriba y adelantamos fuera de huella a varias cordadas que iban bastante lentas, esto nos deja resoplando el resto de la subida.

Pasamos al resto de cordadas menos a tres guías con sus clientes a los que dejamos cierto margen para que encuentren la huella. Se abren claros y vemos algo de cielo azul al llegar a la cumbre del Dome de Neige 4025 m. La pared de la brecha Lory está verglaseada y tiene mala pinta la subida. Decidimos intentar la barre a través de la cara norte, pasamos la rimaya de 2 metros casi verticales y progresamos metiendo tornillos entre terreno mixto descompuesto hasta la cresta.

Son las 9 y media, progresamos un poco por la cresta y está cubierta la roca de nieve en polvo y granizo por lo que es muy peligroso avanzar en ensamble. Hacer largos nos haría llegar muy tarde y vuelven a dar malo para la tarde de hoy. Toca bajarse y con cuidado que el terreno se las trae. De nuevo a largos y con un rapel desde un puente abalakov llegamos al glaciar.

Son las once y comenzamos a correr entre los seracs glaciar abajo. A las 12.30 estamos en el refugio tras el descenso express. Comemos y nos bajamos con las fuerzas justas, sorprendentemente no llueve más que un momento y sale el sol… Toca descansar, mañana viajamos de vuelta y la zona merece volver en futuras ocasiones.

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Este reportaje esta patrocinado por OUTLET AVENTURA

 

 

 

 

3 thoughts on “Tres cumbres en los Ecrins

  1. ¡Vaya pedazo de actividad! Enhorabuena a los tres, especialmente a Rosa por haberos aguantado a los dos, jeje

  2. Pa que publicáis esto!! Pa dar envidia a los que ya estamos jubilaos!! Jajaja… Enhorabuena a los tres y totalmente de acuerdo en la felicitación a Rosa (por aguantar al Manolo, eh, que al otro chico no lo conozco y no lo quiero prejuzgar negativamente). Ah! Y una cosa si que tendrías clara Manolo: la ropa y útiles de mujer tirados por el coche eran de Rosa, que no iba Laura miss orden.

  3. Hace años estuve por esa zona e intentamos la Barre Des Ecrins. Se metió el temporal, y nos quedamos en la cumbre de Domme de Neige. Me encanto y me quede con ganas de volver a por los Pelvoux y la Meije. He disfrutado un monton con tu relato y con las fotos.

    Saludos

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