Mirador de las Barrancas, Arribes del Duero

Manolo Lopez

Un día para disfrutar, sobre todo los niños, a quienes esta marchita les encanta, no sé si por ser corta, por la cantidad de recovecos por los que va el camino, por el amplio prado de la ermita del Castillo donde paramos a comer…

Aunque ya la hemos repetido varias veces yo no conocía aún ese espigón que surge cual punta Tonino Re de las aguas del Duero en las cercanías de la ermita del Castillo, cuya vista bajo los acantilados es impresionante.

En el aspecto de las abés de la zona, jugosas observaciones, con un águila real realizando vuelos acrobáticos cerca del mirador de las Barrancas supongo que para ver si había alguna hembra por ahí a quién pudiera gustarle. Bastantes pájaros migratorios llegando para criar, aviones comunes, alguna golondrina, verdecillos, tarabilla común… Como la cosa iba tranquila, disfrutamos bastante de los prismáticos el amigo Guille y el narrador. Una pareja de alcaudones reales me tuvo mosqueado un rato al verles de lejos, pues no sabía muy bien de qué se trataba.

Los peques nos dieron un minisusto cuando se despistaron en las cercanías del recién bautizado «puente del susto»… Les viene bien un sustillo para que no se queden a su bola tanto…

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