Caminos de hierro y bancales en tierras fronterizas

José Acera

Esta ruta la bautizamos de mutuo acuerdo los componentes del grupo y por unanimidad como  «LA FERROLIVARERA DEL DUERO», ya que ofrece un «mix» de vías férreas en deshuso con sus viaductos, túneles, y piedras claro, muchas piedras, pero compensado posteriormente con unos idílicos campos de olivos, que, aún estando colocados de esta manera por la mano del hombre, muestran un ambiente de valles nada agredidos por la presencia humana, tomando protagonismo, pequeños arroyuelos de aguas limpias, y montículos decorados con olivos hasta donde la vista alcanza.

También la zona recoge una masa de viñedos de igual tamaño que la de olivos, por ello no nos olvidaremos de visitar la zona en septiembre para probar la reserva del año en fresco, o bien en otoño donde podemos tener unos colores en masa espectaculares, entre esas sinuosas terrazas.

Un día esplendido que nos deparó un agradable descubrimiento, tanto a nivel de río como a nivel de altura posterior. Y lo que es también importante, la ruta se puede plantear con chavales perfectamente, dos versiones; una mas floja y otra más potente.

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