Un paseo por lugares emblemáticos de la Península Ibérica

Enrique Galindo


Agujas de Hoya Moros

Deseos montañeros para el nuevo año: aprender a distinguir las montañas bajas de las altas, hacer un curso de montaña, no echarme la siesta en los collados que luego llega la noche y pasa lo que pasa, leerme alguna vez el manual del GPS, no olvidarme las pilas del frontal, ni la crema solar, comprarme una docena de pañuelos de montaña porque pierdo uno cada mes, aprender a hacer fotos sin que se me caiga la cámara al suelo,

Hoz de Pelegrina

contar hasta diez antes de subir por determinadas pendientes con hielo (bueno, mejor contar hasta cien), no hacer culiplás, no hacer el pino en las cimas (en Torrecerredo casi me caigo) aunque sea chulo ver el mundo al revés, no volver a subir con niebla por mucho que a uno le atraiga meterse dentro de la nube, aprender una canción distinta (siempre canto bajito Grândola vila morena o la Vereda de la puerta de atrás) para cuando tengo vértigo o la cosa se complica, aprenderme el nombre de las nubes, buscar un bar con chimenéa en Gredos. hacer estiramientos todos los días, llegar alguna vez al Navachica, que siempre acabo en el pico Cielo…

Atardecer en Picos de Europa

Del año 2009 me quedo con la sorpresa de encontrar hayas en el valle que sube al Poço do Inferno en la Serra da Estrela en Portugal; quizá las más meridionales de Europa con permiso del haya de Herguijuela o del hayedo de la Tejeda Negra. Me quedo también con varios atardeceres en los Picos de Europa, con el románico del Pirineo tan sencillo y tan integrado en la montaña, pasear por la hoz de Pelegrina después de tantos años o subir al Ocejón, la montaña que cierra el horizonte de la Alcarria y que era la montaña que veía desde mi casa cuando era niño.

Laguna del Duque

Y como no, la visita que hice al museo del Prado en septiembre y ver los autorretratos de Durero y de Tiziano para no olvidar los dos extremos entre los que se mueve la vida: el entusiasmo arrollador de un joven Durero con las montañas al fondo en un cuadro lleno de color, energía y confianza. Y en otra sala esa mirada melancólica y sabia de Tiziano, ya en la vejez, que sobre un fondo oscuro habla de la fugacidad de las cosas. Algo así como lo que escribió Cernuda » cuán bella fue la vida y cuán inútil». Y es esa belleza de lo aparentemente inútil la que hace que cada año sigamos subiendo montañas.

Collado Solano, Picos de Europa

La nieve en el bosque

Cinco Lagunas

Peña Santa desde la Bermeja

Posada de Valdeón

Posets

Torrecerredo.

Fotografías de Ana López, Jose Luis Sancho y Enrique Galindo

One thought on “Un paseo por lugares emblemáticos de la Península Ibérica

  1. Muy bonitas fotos y texto, arte y montaña, dos grandes pasiones para disfrutar también en el 2010. Muchas gracias por compartirlo

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