El Rincón del Trotamundos. Manuel Santervás Martín. 25/2/2009
Cuando uno se dirige hacia el norte de España a la zona donde confluyen las provincias de León, Santander y Palencia se da cuenta de que hay multitud de intereses enfrentados entre los que quieren construir una estación de esquí, los que quieren proteger, los que quieren explotar la zona… No cabe duda de que a su manera todos tienen parte de razón, pero cuando uno visita este lugar le queda la sensación de que no permanecerá así mucho más tiempo.
Emprendimos viaje hacia el pueblo de Portilla de la Reina, con parada en la panadería de Boca de Huérgano a comprar pan, pastas, queso… esos productos artesanos que siendo de mayor calidad salen más baratos que en las ciudades. llegamos a la casa rural, muy recomendable por su relación calidad – precio. Desde allí no fuimos al pueblo de Llanaves de la Reina para nada más pasar el pueblo tomar la primera pista que sale a mano izquierda para ascender al pico Coriscao. Un ascenso de poco más de dos horas y media nos deja en esta cumbre de incomparables vistas de los picos de Europa. El viento es frío y hay que salir pitando de la cresta.
Al día siguiente nos vamos al valle del Naranco, que sale desde el pueblo de Llanaves de la reina. La nieve escasea por lo que toca portear las tablas de vez en cuando. Llegamos al refugio del club alpino Tajahierro y desde él viramos al sur (derecha del valle) para ascender al Boquerón de Bobias, alto collado que permite salir a la cabecera del valle de Lechada. Sin perder altura cogemos un tubo que nos conduce entre la ventisca hacia la cumbre del pico tres provincias. Un alto en el viento y las nubes y podemos observar el sobrecogedor panorama. Descenso espectacular, nieve en perfectas condiciones, un día magnífico de montaña.
El lunes daban mal tiempo por lo que decidimos irnos a un valle cerrado que no permitiera la pérdida, iríamos al valle de Lechada desde un poco antes del pueblo de Portilla de la Reina. El día amanece bien, y toca cargar con las tablas un kilómetro, pero compensa de sobra… Encontramos restos de corzos, huellas de todo tipo de animales, cascadas… y nos decidimos a subir al pico de las lomas. Este pico resulta engañoso porque para llegar a su cumbre hay que atravesar una arista bastante estrecha y con hielo, por lo que dejamos las tablas a cien metros de la cima y ascendemos con el piolet y los crampones. De nuevo una vista majestuosa en todas direcciones y un descenso para recordar, es un paraiso para el esquí de travesía esta zona.
El último día, antes de emprender el viaje de vuelta, decidimos ir a una ruta más corta: al pico Garbanceda. Desde la carretera que asciende al puerto de Pandetrave, poco más allá del kilómetro cuatro hay un puente a la izquierda del que parte una pista por la que ascenderemos por un valle tapizado de árboles y arroyos (que nos hicieron descalzar las tablas varias veces) hasta una cabaña donde el valle se divide en dos. Tomamos el de la derecha para ascender por el margen del río hasta la cresta que fácilmente conduce hasta este privilegiado mirador de los picos de Europa. El descenso es directo por su cara sur y enlazamos por el otro ramal del valle que hemos abandonado
Unas fotos preciosas y por lo que se ve un dia maravilloso