Admirar las montañas vestidas de su manto blanco, acceder a paisajes lejos del bullicio de las estaciones de esquí alpino, ascender con el esfuerzo propio del montañero hasta la cumbre y bajar deslizándose por laderas vírgenes con una experiencia de exploración y disfrute son ingredientes que hacen del esquí de travesía una disciplina completa y que llena al amante de la naturaleza.
El pueblo de Bareges se encuentra en las laderas del mítico puerto de Tourmalet. A él se accede desde Lourdes siguiendo el valle de Luz, quedándonos a las puertas de la Reserva Natural de Neouville. Si vas a ir a Bareges, no puedo menos que recomendarte el albergue «Oasis». Philippe, el responsable del albergue, aparte de monitor de esquí, es un profundo conocedor de la zona y puede aconsejar qué rutas son las mejores para hacer en cada condición metereológica y según el estado de la nieve.
Nos fuimos el primer día del nuevo año camino de Bareges, y al día siguiene realizamos la primera actividad, la ascensión al pic de Lurtet. Para ello desde el parking de la estación ascendimos por un valle perpendicular en dirección al Lago Dets Coubus. Desde las inmediaciones del lago nos desviamos a la derecha por un valle colgado hasta la propia cumbre con los esquís puestos en la que no cabíamos mas que dos personas. El descenso de este primer día fue bien en la cara norte del pico, con nieve polvo, pero la ascensión al lago tenía nieve costra y la pista estaba helada por lo que no lo pasamos demasiado bien.
Vista nuestra experiencia en las laderas sombrías por las tardes, consultamos a Philippe una ruta orientada al sur donde encontraríamos nieve primavera. Ascenderíamos al col de Aubert para bajar en dirección al lago Bleu y desviándonos a la izquierda ascender al Pic de Bedera. Nos costó bastante esfuerzo el desnivel a salvar con dos subidas, pero mereció la pena pues las vistas eran grandiosas y la nieve se encontraba perfecta a nuestra bajada. Aquí está el vídeo de nuestra bajada (en el que se puede comprobar que no hace falta mucho nivel de esquí para disfrutar de esta modalidad)
Repetiríamos una ruta orientada al sur al día siguiente y nos iríamos al pico de Soum de Montarrá a través del lago de Lahudi. La fusión y la helada nocturna había dejado las trazas de otros esquiadores bastante duras por lo que no fue tan cómoda la ruta del día de hoy. No obstante de nuevo disfrutamos de un día espléndido y de algo de calor a pesar del frío anunciado.
Para el último día volveríamos a una cara norte porque pensábamos bajar temprano, antes de que las partes bajas se helaran y acertamos plenamente porque encontramos en el circo de Caubere la mejor nieve polvo que pisáramos estos días. Una ascensión de poco más de tres horas y un descenso por palas de ensueño nos deja en el valle con el tiempo de recoger todo e irnos de regreso a casa. Las piernas cansadas y el espíritu pidiendo a gritos volver pronto.
