El Rincón del Trotamundos. 18/5/2007.
Robledillo de Gata se halla situado en la cabecera del valle del río Árrago, en la vertiente sur de la Sierra de Gata (Cáceres). Es un pueblo de gran belleza en el que se conserva una valiosa arquitectura tradicional que combina el adobe, la madera y la negra pizarra. Materiales de construcción similares a los empleados en la vecina comarca de las Hurdes, aunque en este caso las viviendas poseen una mayor riqueza ornamental en su fachadas y construcciones más solidad, de dos y hasta de tres plantas.
Los primeros habitantes de Robledillo, buscaron un lugar protegido y de difícil acceso, con abundante agua para el riego de los huertos, una exuberante vegetación que crece rápido con el suave clima que se disfruta en todo el valle, protegido este por los contrafuertes de la sierra que impiden el paso de los vientos fríos que soplan del norte durante el invierno.
Robledillo se oculta silencioso entre olivos, robles y alcornoques; sus casas uniformes, de tejas rojas, yacen recostadas sobre la ladera de la montaña, y comparten colorido, aroma y belleza ornamental con la tierra que las rodea. Sus estrechísimas callejuelas y pasadizos abovedados, por donde se cuela la luz tenuaz del atardecer, se alinean en armonía con los huertos que yacen paralelos al río donde se cultiva toda clase ortalizas y legumbres; olivos, arboles frutales, parras y castaños.
Arcos irregulares, anchos muros de piedra seca y sencillos puentes que vadean las aguas de arroyos y manaderos, resisten el paso del tiempo y los cambios de modo de vida de los habitantes de Robledillo, conservando siempre la esencia del pasado con las comodidades del presente.
Escudriñando el entorno, con una mirada cómplice y agradecida, el viajero descubrirá, alineados en las laderas de la montaña, miles de bancales que ostentan la tierra que alimenta las viñas y los olivares, y escuchará el extraño sonido que producen el paso por las empedradas calles del pueblo, de caballos y bnurros que pasan cargados con el arado romano, el seron con el estiércol o las aceitunas, todo ello armonizado con el tañir de las campanas de la iglesia que las hacen sonar en las visperas o en las silenciosas mañanas de los domingos.
Junto a la recoleta plaza del pueblo se levanta la joya más preciada de Robledillo: la iglesia de la Asunción, del siglo XVI, con su elegante pórtico circular, altas columnas de granito rematadas por capiteles historiados de la Biblia. De la techumbre del templo sobresale la blanca espadaña que se eleva hacia el cielo, como lo hacen los olivos, las higueras y los alcornoques que crecen en su entono. Este iglesia rural guarda en su interior algunas interesantes joyas; el púlpito de granito del XV y la pila bautismal. Pero lo más interesante de la Iglesia sin dudas, es el artesonado mudéjar de la sacristía decorado con el escudo de la Casa de Oropesa, una autentica reliquia.
Paseando por las calles del pueblo en época de bendimia, el viajero percibirá el penetrante aroma proveniente de las bodegas donde se fermenta y elabora de forma artesanal, en tinajas de barro, el famoso vino de Robledillo, del que ya diera cuenta en sus relatos Cervantes. Sin dejar el tranquilo paseo callejero, el visitante podrá admirar en algunas de las fachadas y dinteles, sencillos pero originales esgrafiados que llaman la atención por su variedad tematica y por la sopresa que nos producen estas fachadas en un pueblo de montaña apartado de las grandes urbes.
El Hospital Enfermería de los Franciscano, Construcción que data del S.XV. de esta construción destaca la balconada de su fachada posterior, aunque muy deteriorada, con un hermoso relieve en el que aparece el escudo franciscano, una variedad de temas vegetales, aves, ángeles y diversos personajes tocados con plumas.
En Robledillo se conserva un antiguo molino de aceite conveniente mente restaurado que alberga un museo. Su más que probable origen se remonta a la baja Edad Media. Aunque no existe documentación que confirme con precisión la época en la que fue construido y comenzó su funcionamiento esta almazara. Pero los investigadores consideran que es tan antiguo como el resto de del pueblo, del cual se tienen escritos a partir del XI y XII. Una fecha más que probable ya que en el lugar se han encontrado algunos olivos que tienen más de mil años de antigüedad.
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Un pueblo muy bonito, tranquilo y espectacular. Bondad en sus habitantes.
No podéis dejar de visitarlo y probar su vino.
Javier N.
Es el pueblo mas bonito de la sierra , no dejar de verlo ,la arquitectura es espectacular , Nueva York no esistia y aqui ya habia rascacielos