Ya esta en los quioscos la revista CAMINAR del mes de mayo, en esta ocasión los temas publicados son muy variados. Destaca de entre todos ellos la ruta por el Parque Nacional de Doñana y la playa del Coto. Además de los reportajes por la Península Ibérica, la revista nos lleva hasta el Rif Marruecos y los Alpes Franceses.
DOÑANA
Caminos de arena y solitarias playas, donde el mar borra al instante, las huellas de nuestros pasos y el sol de poniente, cabalga sobre las ardientes dunas. Las marismas se llenan de avifauna y los pinares, se arrugan en los corrales, para protegerse de la arena que arrastra el viento.
Un mosaico de naturalezas que alberga densos bosque de alcornoques que dan paso a zonas cubiertas por lentisco, sabina, pinos piñoneros, brezos, romeros, labiérnagos, tojos, sabinares y extensas marismas. Unas marismas que cubren más de la mitad del Parque, dejando zonas sin encharcar, donde crecen los pinares y cabalgan las amarillas dunas que forman cerros de arena. A lo lejos, los verdes pinares esconden caminos que discurren entre juncos y sabinas y conducen, por la ardiente arena, hasta las salvajes playas y recónditas lagunas. Los lirios silvestres colonizan las marismas, los caños y los cauces de los arroyos, que yacen cubiertos por marañas de troncos y ramas de sauces y tamarindos.
La diversidad del Parque Nacional de Doñana, está marcada por los cambios climáticos acaecidos durante el año, los cuales producen transformaciones tan acusadas y espectaculares, que Doñana puede parecer irreconocible dependiendo de la época del año en que se visite este espacio natural. Se trata pues, de un ciclo anual que afecta tanto al aspecto de sus ecosistemas, como a las numerosas especies que habitan en el Parque. Extensas áreas de marisma natural y otras que han sido transformadas por el hombre, aparecen inundadas o secas siguiendo los ciclos de lluvia o regadío. De esta manera, las marismas que se producen de forma natural, sirven de granero para miles de aves en otoño, invierno y primavera, mientras que los arrozales del noroeste del Guadalquivir, lo hacen en verano.
Además de las marismas y la masa forestal que cubre parte del parque, las dunas son uno de los espectáculos más asombrosos de este espacio natural. Masas de arena empujadas por los vientos de poniente, que azotan el litoral Atlántico durante el invierno, se deslizan hacia el interior para quedar atrapadas por la vegetación, formando en torno al Coto de Doñana, una especie de cinturón natural. Dunas que avanzan lentamente, y originan los corrales, en los que sabinas, pinos y acebuches, forman unos curiosos montículos que buscan desesperadamente escapar de la tiranía de la arena. Este proceso que tiene lugar en la naturaleza desde hace milenios, ha posibilitado la formación de un hermoso paisaje que se extiende por la costa que circunda el Parque Nacional de Doñana.
Estas tierras de la desembocadura de los ríos Guadalquivir, Rocina y Guadiamar, no son solamente importantes para las aves migratorias procedentes del norte de Europa, también es uno de los refugios más valiosos de la Península Ibérica para numerosas especies autóctonas de aves y mamíferos. Es el caso del lince Ibérico cuya especie se halla en serio peligro de extinción, siendo Doñana el lugar en el que se encuentra la mayor concentración de estos hermosos felinos. En Doñana y su entorno, tienen también su hábitat algunas de las rapaces más preciadas de nuestra fauna: águila imperial ibérica o el águila real. En los paseos por estos espacios podemos observar especies tan diversas como el ciervo, el gato montés, el gamo y el jabalí. No es necesario adentrarse demasiado en las zonas de máxima protección de Doñana, para poder observar de cerca estos animales y disfrutar de su bella presencia.
Rafa Álvarez
Hola: Me gustaría que en esta página pusieran algunas cosas sobre el tipo de suelo que hay, sobre la aridez de sus suelos, sobre el clima que hay y sobre la temperatura y las precipitaciones que hay.
Muchas gracias.
Att. Pepa Día Vazquez.